Decenas de vendedores, mayoría inmigrantes, quieren que la ciudad elimine el límite de permisos que emiten para vender comida y otras mercancías en las calles de la cuidad. Denisse Then estuvo en la protesta y nos tiene los detalles. 

Miles de vendedores ambulantes piden el fin de un mercado negro: la venta ilegal de permisos para vender alimentos. 

Según ellos la situación es insostenible y como nos explica Denisse Then, la crisis ya está llegando a los oídos de los legisladores.

Decenas de personas que trabajan de manera irregular a pesar de tener una licencia para laborar, protestaron frente a la Alcaldía exigiendo reformas en la legislación que regula la venta callejera.

Los vendedores ambulantes se reunieron el lunes para exigir un aumento en el número de permisos que imparte la ciudad para que puedan trabajar sin restricciones.

"Por favor los concejales nos ayuden porque pagamos renta, tenemos familias y estamos con una depresión grande", dijo una de las manifestantes.

A la manifestación asistieron miembros del Proyecto de Vendedores Ambulantes, que lucha por reformar el sistema que solo permite operar a menos de 4,000 vendedores alrededor de la ciudad. 

Los partidarios de las reformas aseguran que si se amplian los permisos se crearían alrededor de 10 mil nuevas plazas de trabajo, principalmente para familias inmigrantes.