Manuel Marchán quiso cruzar la frontera indocumentado para reunirse con su hermano Luis en 2013.  La familia había pagado $8,000 dólares a un coyote para que lo pasara por Texas.

Y cuando estuvo a punto de cruzar, Luis perdió la comunicación con su hermano y nunca volvió hablar con él, ni supo de Manuel durante años.

"Esa incertidumbre te mata, te va consumiendo", afirma Manuel Marchán.

Un año después de que su hermano desapareció, Luis contactó al programa: Día de los Desaparecidos en Nueva York, el cual está organizado por la Oficina del Médico Forense. Finalmente, tres años después, en 2016, gracias a exámenes de ADN, los médicos le informaron que la prueba coincidía con la muestra de un cuerpo encontrado en Texas.  

"Ahora ya es triste, pero sabemos que ya no está entre nosotros", añade Marchán.

Esa posibilidad de encontrar a un ser querido está abierta a todos. El Día de los Desaparecidos se ofrece este sábado en Nueva York. Los expertos colectan el ADN de los familiares y huellas dactilares y después los comparan con una base nacional para buscar coincidencias con algún fallecido.

"La Oficina del Médico Forense cuenta con uno de los laboratorios más grandes de la nación", explica Yasser Hernández, científico forense de la Unidad de Personas Desaparecidas.

Parece poco pero, hasta la fecha, han encontrado a ocho personas desaparecidas. Entre ellos a Manuel, quien nunca logró llegar a su destino, pero sus restos pudieron regresar a su hogar, su tierra natal, Ecuador. 

Su hermano detalla: "Yo les puedo decir a las personas que tienen familias desaparecidas, como nosotros que somos latinoamericanos que venimos de Sudamérica, Centroamérica y que tenemos muchas personas que están desaparecidas en la frontera, pues yo les invito que este programa sí trabaja."