"Yo sali del bull pen mío, la persona estaba afuera, la persona que me agredió. Cuando la policía vino, me ordenó que saliera de la celda y me pusiera al lado de la persona que estaba ahí. Yo seguí la orden, cuado fui, la persona se puso por atrás de mí. Yo estaba esposado, no podía hacer nada, no podía defenderme, y me cortó la cara".  

Así explica, el ex reo, Jorge Ramírez, cómo otro preso lo atacó con un objeto punzocortante en una celda del centro de detención de Manhattan, que sirve a varios tribunales en el Bajo Manhattan. El incidente, habría ocurrido en presencia de oficiales correccionales. 

Ramírez había sido arrestado por venta de cocaína. Se había declarado culpable y cumplía su sentencia en la prisión de Rikers Island. Según su abogado, Sanford Rubenstein, fue enviado por error a una celda en la corte de Manhattan. Antes de regresar a Rikers, fue herido en la cara y tuvo que recibir 16 puntos de sutura.

Su abogado, reclama que el Departamento de Correccionlaes, debe supervisar y garantizar la seguridad a los reclusos. Ahora están demandando. La notificación de reclamo ya fue presentada en corte hace tres meses y la demanda será por $5 millones de dólares.

Esto no debería estar pasando en esta ciudad, afirmó Rubenstein: "es un peligro no solo para oficiales de corrección sino para el público". 

El Departamento de Correccionales señala que cuentan con nueva tecnología, como un escáner ionizador para el cuerpo, pero que a nivel estatal no pueden usarlo por razones legales. 

El atacante de Ramírez, fue identificado como Antonio Mahon. Ya enfrentaba 76 años de carcel por asesinato.