Policías antimotines irrumpieron a la fuerza en centros de votación en Cataluña el domingo para tratar de impedir un referéndum independentista y dispararon balas de goma contra las personas que les impedían confiscar las boletas. Autoridades dijeron que más de 800 civiles y 11 policías resultaron heridos.

El gobierno central en Madrid considera ilegal la consulta y prometió impedirla. 

Los agentes dispararon las balas de goma para ahuyentar a la gente que impedía que los vehículos de la policía nacional dejaran el lugar luego de confiscar cajas de boletas. El gobierno español le ordenó a la policía impedir el referéndum. 

En algunos videos se veía a los policías pateando, golpeando y quitando de su paso a las personas, incluyendo ancianos con sus perros, muchachas jóvenes y ciudadanos de todo tipo. Muchos trataron de protegerse de ser golpeados en la cabeza. Algunas personas gritaban de miedo. 

En la Escuela Pau Claris de Barcelona, un votante captó imágenes de agentes retirando agresivamente a las personas que bloqueaban su camino, en un caso arrastrando a una persona por el pelo y en otros casos empujándolos por un tramo de escaleras. 

Un fotógrafo de The Associated Press vio a varias personas heridas debido a la trifulca afuera de la escuela Rius i Taule en Barcelona, donde algunas personas habían votado antes del arribo de la policía. 

El presidente catalán Carles Puigdemont condenó la represión. "La violencia injustificada del Estado le avergonzará para siempre", dijo mientras una multitud le aplaudía. 

Por su parte, la vicepresidenta del gobierno español Soraya Sáenz de Santamaría declaró que el estado ha respondido con "firmeza y proporcionalidad a los planes de la Generalitat". 

Manuel Condeminas, un hombre de 48 años que trató de impedir que la policía se fuera del sitio con las cajas de boletas, dijo que los agentes los patearon antes de usar sus batones y disparar balas de goma. 

Agentes de la Guardia Civil con cascos y escudos usaron martillos para romper una puerta de cristal e ingresar al centro deportivo Sant Julia de Ramis, cerca de la ciudad de Girona. Al menos una mujer resultó herida en el forcejeo. 

Los choques estallaron menos de una hora después de abrir las urnas y no mucho antes de la esperada llegada del presidente catalán Puigdemont. Los empleados de las casillas que estaban dentro del edificio reaccionaron pacíficamente y comenzaron a cantar y decir lemas en desafío a la presidencia de los policías. 

La alcaldesa de Barcelona Ada Colau informó que había 460 heridos, algunos de ellos de seriedad. El Ministerio del Interior indicó que 11 policías resultaron lesionados. 

El portavoz del gobierno regional, Jordi Turull, culpó directamente de la violencia al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y a altos funcionarios. Dijo que las acciones de la Policía Nacional y las fuerzas de la Guardia Civil tienen motivos políticos y mostraban "una clara motivación para perjudicar a los ciudadanos". 

El Tribunal Constitucional de España suspendió la votación y el gobierno central dice que es ilegal. Los líderes separatistas en Cataluña dijeron que se realizaría de todas formas y prometen declarar la independencia si gana el "sí" y llamaron a 5,3 millones de votantes a acudir a las urnas. 

El Ministerio del Interior indicó que la policía ya había clausurado la mayoría de las 2.315 escuelas que servirían como centros de votación y que inhabilitó un software que se iba a utilizar en la consulta.