El secretario de Hacienda de México, José Antonio Meade, hizo el lunes pública su intención de ser el candidato a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional, lo que lo convierte en el primer político que no está afiliado al partido en intentar una candidatura.

Meade renunció de su puesto en el gabinete horas antes y dijo que se postularía como candidato del PRI con la esperanza de lograr "un país donde las familias siempre tienen comida en la mesa".

Los simpatizantes del partido político rápidamente apoyaron la candidatura de Meade para las elecciones presidenciales de México, convocadas para el 1 de julio, a pesar de no estar afiliado. 

"Queremos que sea nuestro candidato", expresó Carlos Aceves, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), un añejo grupo sindical que promueve activamente al partido gobernante.

Meade pidió a los funcionarios del sindicato que "me acompañen en este anhelo de hacer de México una gran potencia que implique para los mexicanos comida, sustento, vivienda y mejores oportunidades de vida".

El presidente Enrique Peña Nieto no mencionó la candidatura de Meade en una ceremonia en la que José Antonio González, director de la petrolera nacional Pemex, fue juramentado como nuevo titular de la Secretaría de Hacienda. El actual director financiero de Pemex, Carlos Treviño, ocupará el puesto de González en la petrolera.

Sin embargo, Peña Nieto sí le dijo a Meade que "le deseo el mayor de los éxitos en el proyecto que ha decidido emprender". 

Si Meade es seleccionado por el PRI antes del plazo del 18 de febrero, se convertiría en el primer candidato presidencial que no es un miembro formal del partido. 

La posible decisión del PRI de acoger a un político que no es miembro del partido pudo haberse debido a los problemas que el partido ha tenido con la caída del peso y por las críticas del presidente estadounidense Donald Trump hacia México. 

Meade, de 48 años, no tiene ninguna afiliación en ningún partido político, y en el pasado ha cruzado líneas como un tecnócrata apartidista. 

El economista formado en Yale se ha desempeñado como secretario de Relaciones Exteriores y secretario de Desarrollo Social durante el gobierno de Peña Nieto. También fue secretario de Energía bajo el mandato del ex presidente Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional. 

Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray elogió a Meade la semana pasada y señaló que "bajo el liderazgo de José Antonio Meade, hoy México tiene rumbo, tiene estabilidad y tiene claridad en las decisiones de la política económica". 

El PRI está tan desacreditado en las encuestas que recientemente cambió sus reglas internas precisamente para permitir que un político no afiliado al partido pueda postularse para un cargo público. 

El PRI, que gobernó México durante siete décadas ininterrumpidas de 1929 a 2000 y regresó al poder en 2012, no registrará formalmente a sus candidatos hasta el 3 de diciembre y tampoco nombrará oficialmente a su candidato presidencial hasta el 18 de febrero. 

Sin embargo, existe la posibilidad de que Meade no tenga competencia para obtener la candidatura. También es probable que el apoyo para su candidatura entre la élite de los políticos en México pueda causar desacuerdos y deserciones entre los miembros del PRI que se sientan desdeñados. 

"Pueden estar seguros que Meade no dirá nada que sea demasiado espectacular, solo será una mano firme en el timón", explicó Estévez. "Se avecina una tormenta; lo que quieres es un tecnócrata que te lleve a puerto seguro lo más rápido posible. Eso es todo lo que él está ofreciendo". 

"Es algo difícil de vender, ¿sabes?, porque él es el responsable de llevarnos a la tormenta, en lo que concierne a sus oponentes, y así es como lo usarán", puntualizó.