El presidente Trump anunció que Estados Unidos reconoce Jerusalén como la capital de Israel, rompiendo así con décadas de política exterior estadounidense.

El plan incluye el traslado de la embajada estadounidense de la ciudad Tel Aviv hacia Jerusalén, pero el proceso puede llevar varios años.

El estatus de Jerusalén sigue siendo un tema controvertido, pendiente de un acuerdo de paz definitivo entre palestinos e israelíes.

Trump asegura que su decisión marca una nueva aproximación al proceso de paz de Oriente Medio y que Estados Unidos está profundamente comprometido con las conversaciones de paz.

Según el Presidente, con esta decisión, Estados Unidos no toma partido en la cuestión de Israel y Palestina, que ha calificado de un problema interno. Además, ha añadido, su administración apoyaría una solución de dos estados si ambas partes lo acordaran.

Líderes mundiales alertan que la decisión de Estados Unidos puede aumentar la tensión en la zona y precipitar protestas anti americanas.

Facciones palestinas ya han llamado a tres días de furia y protestas.