Continúan ardiendo los voraces incendios forestales en California, en lo que las autoridades han catalogado una de las peores temporadas de fuegos en la historia del estado.

La sequía y los fuertes vientos han ayudado a que las llamas se propaguen rápidamente.

Se espera que en algunas zonas las ráfagas de viento alcancen la potencia de un huracán de categoría uno.

Desde el norte de Los Ángeles hasta San Diego, más de 150,000 personas se han visto forzadas a evacuar sus hogares.

Cientos de escuelas han estado cerradas toda la semana y miles de personas permaneces sin electricidad.