El Concejo legislativo de la ciudad decidió cancelar la votación sobre un proyecto de ley que habría otorgado más de 3,000 nuevos permisos para la operación de vendedores ambulantes en la ciudad durante la próxima década.

Para los empleados del mercado informal esta es una derrota, para muchos después de pasar años esperando por un permiso, que es independiente de la licencia del Departamento de Salud para quienes ofrecen alimentos.

"Las tiendas se quejan que no, que no le dejan pero si es muy diferente. Esta comida o esta cosa es diferente con lo de las tiendas, las tiendas tienen cantidad", explica una persona. Mientras que alguien más añade: "Yo soy madre soltera y tengo tres hijos aquí. De esa forma mantengo a mis hijos y me busco la vida vendiendo comida las calles".

El alcalde de Blasio se opuso a la medida, que también fue rechazada por la comunidad empresarial y organizaciones como el NYC Hospitality Alliance por considerarla competencia injusta para los negocios fijos.

Según Sheila Genao, propietaria de una bodega: "La renta de un lugar, uno tiene que pagar más cosas que si tú estás en la calle pues te ahorras ese dinero y de igual manera tienes clientes".

Los supermercados también respaldaron la cancelación del voto. 

En un comunicado, John Catsimatidis del Red Apple Group dijo: "Aplaudimos la decisión del Concejo municipal de no aprobar precipitadamente esta ley. Si vamos a promover una alimentación más saludable como política esencial de la ciudad debemos asegurarnos de no dificultar la operación exitosa de los supermercados".

Los vendedores y asociaciones como el Street Vendor Project del Urban Justice Center aseguran que no existe tal competencia con los negocios establecidos.

De acuerdo con César Boc, organizador comunitario del Proyecto Vendedores Ambulantes: "Es un mito. Tenemos estudios que demuestran que donde hay vendedores en la calle en los vecindarios, el métrico económico incrementa 30%".

Con la cancelación del voto, los ambulantes que ya tengan licencia de sanidad y deseen obtener el permiso o calcomanía que los acredita como unidad móvil de venta, tendrán que continuar en lista de espera. Los permisos cuestan $200 dólares y son válidos por 2 años.