"Fue mi hija, la otra hija mía que llamó y me dijo que él había matado a la hija y a la madre que eran mi hija y mi nieta", fueron las palabras de Blanca Pinto, madre y abuela de las víctimas.

Este es el desgarrador testimonio de una mujer ecuatoriana para quien la vida a partir de este miércoles nunca será la misma. El cuerpo de Susan Trivino fue hallado sin vida en su apartamento en el 11 piso de este edificio en El Bronx.  Sugeiry Guzmán, hija de Susan, también baleada, perdió la vida en el hospital.

Pinto añadió: "Yo no sé cómo ella siguió a ese hombre tan malo, ¡Dios mío! Lo que tienen que hacer es meterlo preso, cogerlo, porque no puede ser que ande suelto".

Blanca se refiere a Jorge Vega, el expolicía puertorriqueño a quien Susan conoció en la MTA, donde ambos conducían autobuses.  

Las autoridades creen que Jorge le disparó ambas mujeres antes de darse un tiro en la cabeza. Los oficiales del NYPD recuperaron de la escena una pistola de 9 milimetros y a la nieta de Susan de un año de edad, ilesa. La tragedia es incomprensible para quienes las conocían. 

Por su parte, Damaris Medina, amiga de la familia, señaló: "Ellos son gente que son bien buenos, siempre ayudan a la gente y apenas ella se mudó acá".

A pesar de que la investigación policial se encuentra en fase preliminar la evidencia parece apuntar a un conflicto doméstico como el móvil del doble homicidio.

La abuela apuntó: "Ella lo dejaba y lo cogía, lo dejaba y lo cogía y así andaba y sí. ¿Él tenía un historial de violencia doméstica? Sí".

También los vecinos se mostraron conmocionádoos por la tragedia: "Me preocupa mucho porque yo vivo aquí cerca y además tengo a mis hijos". Alguien más señaló: "Yo no me siento, me siento un poco mal eso porque este es un edificio que es como de personas viejas".

Durante la noche del miércoles, Jorge Vega se debatía entre la vida y la muerte tras ser intervenido quirúrgicamente por la herida de bala, presuntamente, autoinfligida.