Durante 31 años el restaurante Galicia ha ofrecido buenos precios y buena sazón en Washington Heights pero hoy su futuro es incierto.

Ramón Calo, el dueño, dice que el casero le ha triplicado la renta a $25,000 dólares mensuales. “Y no puedo pagar eso. Exorbitante", explica el restaurantero.

Calo dice que mudarse sería desastroso para el. No solo la perdida de clientela sino tambien gastar en acondicionar un nuevo local: "Pierdo el negocio, pierdo el trabajo mío, el de mi mujer, el de 12 a 14 empleados. Oye, después de 30 años, pasar por una cosa como ésta. Tengo que empezar de nuevo, porque no es fácil".

Otros están pasando lo mismo. En las calles de Washington Heights, se puede ver negocio tras negocio así, cerrados. La razón siempre es la misma: el aumento desmedido en el precio del alquiler, asegura este activista. 

Luis Tejadade la Organización Hermanas Mirabal, apunta al respecto: "Negocios que tienen 40 y 50 años y los estamos perdiendo. Estamos perdiendo la esencia misma de la comunidad".

Aquí las hermanas Mirabal nos dicen que el problema radica, en que los pequeños empresarios están a la merced de los caseros, pues no existe una sola ley que les proteja de aumentos abusivos.

Tejada asegura que en 1986 fue presentada una ley municipal para proteger a los pequeños empresarios, pero nunca ha sido llevada a votación.

Agrega que los líderes políticos locales tienen una gran responsabilidad en sus manos: "Están perdiendo miles de trabajos en la ciudad de Nueva York. Los pequeños negocios ofrecen casi el 80% de los empleos aquí la ciudad de Nueva York, es imposible que puedan sobrevivir ante este ataque tan indiscriminado de parte de los caseros".

Calo confirmó que ya se le venció el contrato de arrendamiento y el casero rehusó aceptar el pago del mes de diciembre. Ya le amenazó con llevarlo la corte si no se va.

"Aquí se va a ir todo el mundo", concluye Calo.