Un hombre latino quien ha vivido en Estados Unidos por 30 años, y quien tiene esposa y dos hijos, fue deportado el lunes a México.

Imágenes en video y fotografías tomadas en el aeropuerto en el momento en que Jorge García se despedía de su familia muestran a una esposa e hijos en llantos ante la brutal experiencia de saber que en unos instantes García se marcharía del país. Agentes de ICE estaban a unos metros de la familia.

García fue traído a Estados Unidos cuando tenía 10 años y tanto su esposa como sus dos hijos son ciudadanos estadounidenses. Debido a su edad sin embargo –pasa el límite de edad-, no pudo beneficiarse del programa DACA.

García trabajaba en jardinería y residía en Lincoln Park, Michigan. Desde 2009 tenía una orden de deportación en su contra, pero durante el anterior gobierno se le dejó estar en el país. Con la llegada del gobierno Trump todo cambió. ICE ordenó la deportación de García.

Actvistas que apoyan a García señalaron que el inmigrante no tenia ningún récord criminal –ni siquiera infracciones de tránsito- y que además pagaba sus impuestos.

“Te queremos, Jorge”, dijo una de las activistas que estuvo en el aeropuerto durante la partida de García. “Son una buena familia. Gente trabajadora…esto es muy triste. Es indignante. Nunca esperabamos que esto llegara a suceder”, dijo Mayra Valle, citada por el diario USA TODAY.

García dijo que se sentía triste por su partida. “Tengo que dejar atrás a mi familia, sabiendo que de seguro tendrán un duro tiempo ajustándose, ya que yo no estaré ahí por ellos por quien sabe cuánto tiempo”.

García deja dos hijos, Jorge de 12 años y Soleil de 15.

“Rompe el corazón”, dijo otra activista. “Si ustedes quieren escoger a alguien como ideal, él sería”, dijo Diego Bonesatti, director de servicios legales de Michigan United.

“(García) vino a los diez años”, añadió Bonesatti. “Nunca ha estado en problemas, punto. Nunca ni siquiera un ticket de tráfico”.

“Este es su hogar. Este es lugar que conoce”, añadió Bonesatti.

“Es una pesadilla”, dijo Cindy, la esposa de García. “Usted no tiene otra opción más que aceptar lo que le han tirado. No hay nada más que uno pueda hacer”.