La Casa Blanca dijo el jueves que el presidente Donald Trump vetaría un nuevo acuerdo bipartidista alcanzado en el Senado -que busca regularizar la situación de cientos de miles de jóvenes inmigrantes sin residencia legal en Estados Unidos, a la vez que permitiría construir su anhelado muro en la frontera con México-, alimentando dudas de que cualquier iniciativa migratoria pueda sobrevivir a los votos en contra. 

En una declaración escrita, la Casa Blanca etiquetó la propuesta como una "política peligrosa que dañará a la nación". Subrayó una disposición que ordena al gobierno a dar prioridad a la aplicación de la ley contra los inmigrantes que lleguen ilegalmente a partir de julio. 

Los líderes del Senado trataban de programar votaciones el jueves sobre la propuesta de inmigración de Trump, junto con otras tres propuestas de inmigración, entre ellas el acuerdo bipartidista. 

La propuesta bipartidista es quizá la mejor oportunidad del Senado para hacer algo en inmigración, aunque con lo dicho por la Casa Blanca todo se vuelve más complicado. Primero se necesita el voto de 60 senadores para que la propuesta sea aprobada en el senado. Luego tendría que ir a la Cámara Baja y si ahí es también aprobada, se enviaría después al escritorio de Trump.

Susan Collins, senadora republicana por Maine y una de las arquitectos del acuerdo bipartidista, señalo que el proyecto es la única legislación que tiene el apoyo de senadores de ambos partidos.

Lindsey Graham, otro senador republicano igualmente parte de la propuesta bipartidista, pidio al presidente que hable con los críticos de la propuesta ya que esta "es la mejor oportunidad que usted tendrá".

En un mal indicio, los líderes del senado abrieron el debate de la jornada echándose la culpa, con lo que parecían crecer las perspectivas de que el esperado debate de la cámara alta sobre el tema polémico terminará estancado. 

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, acusó a los demócratas de no ofrecer "una sola propuesta que nos dé una oportunidad realista de hacer leyes". En su lugar, dijo, los demócratas deberían apoyar la propuesta "extremadamente generosa" de Trump. 

Trump le ofrecería a 1,8 millones de "dreamers" un proceso de 10 a 12 años para obtener la ciudadanía, proporcionaría 25.000 millones de dólares para construir el muro fronterizo entre Estados Unidos y México y restringiría la inmigración legal. 

Los "dreamers" son los jóvenes inmigrantes que fueron traídos a Estados Unidos de forma ilegal siendo niños y que todavía corren el riesgo de ser deportados porque carecen de autorización permanente para permanecer en Estados Unidos. 

En cambio, los líderes demócratas se unieron a favor del plan bipartidista, que también daría a 1,8 millones de "dreamers" una oportunidad para obtener la ciudadanía. Aunque proporcionaría los 25.000 millones de dólares que Trump quiere para su muro, lo haría durante 10 años y carece de la mayoría de los límites que Trump quiere imponer contra la inmigración legal. 

 El líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo que Trump "se ha interpuesto en el camino de todas las propuestas que han tenido la oportunidad de convertirse en ley". Añadió: "El pueblo estadounidense culpará al presidente Trump y a nadie más por no proteger a los dreamers".

Durante la madrugada del jueves, el Departamento de Seguridad Nacional emitió una declaración en la que rechazó la iniciativa bipartidista, alegando que si se aplicara el acuerdo de los senadores centristas, "sería el fin de la aplicación de la ley de inmigración en Estados Unidos y solo serviría para atraer a millones de extranjeros ilegales, sin forma de retirarlos". 

Dijo que el acuerdo "creará una amnistía masiva para más de 10 millones de extranjeros ilegales, incluso criminales". 

Estas referencias del Departamento de Seguridad tienen que ver con una parte del proyecto bipartidista de los senadores en el cual se establece que las prioridades de ICE para deportación serían únicamente de crimiinales y de inmigrantes que recien han ingresado al país -dejando de lado las deportaciones de padres de familia y otras que se han hecho común en el gobierno Trump.

También hubo reservas entre los demócratas. El segundo demócrata más importante del Senado, Dick Durbin, dijo que algunos demócratas tenían "problemas serios" con partes del plan. Esas preocupaciones se centraban en la financiación del muro fronterizo promovido por Trump y en su plan de impedir que los "dreamers" patrocinen a sus padres para que obtengan la residencia legal.

"Todavía no estamos en ese punto", dijo Durbin sobre los 60 votos que la propuesta necesitaría para ser aprobada.