En un cambio importante en víspera de las conversaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte, el presidente Donald Trump despidió el martes a su secretario de Estado, Rex Tillerson, y dijo que postulará al director de la CIA Mike Pompeo en su reemplazo, una medida largamente prevista pero escandalosa por su brusquedad.

"Discrepábamos en varias cosas", dijo Trump momentos después, dando una versión diplomática del fin de una relación turbulenta que incluyó trascendidos nunca negados de que Tillerson calificó a su jefe de "idiota" durante reuniones con otros funcionarios. 

Las conjeturas del despido de Tillerson se multiplicaron luego de esos trascendidos a fines del año pasado y nuevamente cuando funcionarios de la Casa Blanca revelaron a varios medios el plan de reemplazar a Tillerson por Pompeo. Sin embargo, Tillerson siguió en el puesto y aseguró que nadie le había dado la razón a sus detractores. 

El cambio significa que un enemigo acérrimo del acuerdo nuclear con Irán queda a cargo de la diplomacia estadounidense al tiempo que el presidente inicia conversaciones sumamente difíciles con Corea del Norte.

Trump habló de diferencias en torno al acuerdo con Irán, del cual quiere retirarse. "No estábamos pensando lo mismo", dijo. 

La intensa rotación de personal en el gobierno ha provocado alarma dentro y fuera de la Casa Blanca. El asesor económico Gary Cohn anunció su renuncia la semana pasada, en tanto la directora de comunicaciones Hope Hicks y el secretario del despacho Rob Porter lo hicieron poco antes. 

Trump enfrenta un período crucial en materia de política exterior, con la decisión de si retira a Estados Unidos del acuerdo de 2015 con Irán, que Pompeo consideró "desastroso". Tillerson, partidario de permanecer en el acuerdo, aplicaba una estrategia sutil con los aliados europeos para tratar de modificarlo a gusto de Trump. 

Por otra parte, Trump se dispone a mantener una reunión cumbre con el líder norcoreano Kim Jong Un en mayo, que podría tener consecuencias históricas. Las sanciones y otras medidas de aislamiento para presionar a Corea del Norte era una prioridad para Tillerson, quien a la vez abogaba por algún tipo de negociaciones con Corea del Norte. Cuando Trump aceptó la invitación a reunirse con Kim, Tillerson se encontraba en Etiopía, aunque dijo que habló con el presidente poco antes del anuncio. 

El presidente dijo que postulaba a la número dos de la CIA, Gina Haspel, para suceder a Pompeo como directora de la agencia de espionaje. De ser confirmada por el Senado, sería la primera mujer en ocupar el puesto. 

Pompeo, exlegislador republicano por Kansas, ya había sido confirmado para su puesto actual en la CIA, lo cual significa que su confirmación como secretario de Estado es sumamente probable. "¡Hará un trabajo fantástico!", tuiteó Trump. 

En cuanto a su relación con Tillerson, Trump dijo que "en verdad, era una mentalidad diferente. Era una forma de pensar diferente". 

El anuncio de Trump por la mañana sorprendió al propio Departamento de Estado. Tillerson acababa de regresar anticipadamente de una gira por África y sus colaboradores se aprestaban a rechazar nuevamente los rumores de su partida. Las circunstancias no estaban claras. 

Dos funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Tillerson recibió la noticia el viernes, pero el subsecretario de Estado Steve Goldstein dijo que Tillerson "no habló con el presidente y desconoce la razón". Añadió que el exdirectivo de la petrolera Exxon Mobile "tenía la intención de continuar" en el puesto porque creía que estaba realizando avances cruciales en materia de seguridad nacional.

El Departamento dijo que Tillerson se enteró de su despido al leer el tuit de Trump el martes por la mañana. Según dos altos funcionarios, el jefe de despacho John Kelly le dijo el viernes que habría un tuit presidencial que lo concernía, sin decirle de qué trataba ni cuándo aparecería. Las fuentes hablaron bajo la condición de anonimato.