Boricuas discriminados

Tras perderlo todo en la devastación que dejaron los huracanes Irma y María en Puerto Rico, más de una docena de familias refugiadas en nuestra ciudad se quejan de discriminación por parte de uno de los hoteles donde el gobierno federal les paga alojamiento temporal.

Dayana Cintrón, madre refugiada con dos hijos, lo detalló: "Negándolos hasta una bolsa de basura, no limpiando los cuartos. Había muchos comentarios de que no soportaban a los puertorriqueños, de que no podían entender cómo nos estaban pagando a nosotros un hotel, que nosotros no lo merecíamos".

Por su parte, Bianca Aponte, otra madre refugiada, con un hijo y esposo, comentó al respecto: "Yo estuve un mes entero y ropa de cama no la cambiaron".

El hotel en cuestión es este Holiday Inn Express en El Bronx. La mayor parte de las quejas son contra su gerente, quien niega haberle dado un trato distinto a los huéspedes puertorriqueños.

"Nosotros atendemos a cada huésped individualmente y tratamos de proveer el servicio que ellos necesitan. Housekeeping trabaja de 9:00 a 5:00 y si un huésped está durmiendo, nosotros nos molestamos y pasamos a la próxima habitación",  detalla Francisco Victoria, gerente del Holiday Inn Express del Bronx.

Pero las quejas no se limitan a servicios no prestados.

Como lo señala Daiza Aponte Torres, otra habitante del hotel: "Tuve que dar un depósito el cual yo no tenía quedar ningún depósito. Él no puso a mis niñas y él tenía que poner a mis niñas porque mis niñas también están en el programa de FEMA".

De igual modo, Sheila Alicea, otra madre refugiada con cinco hijas, comentó lo siguiente: "Entraba y nos tocaba las puertas. Era como un acecho, día a día, contra cada persona y cada familia que se encontraba en el hotel".

"Tú sentías esa presión de que nos marginaban. Yo entiendo que era una cosa personal contra la gente Puerto Rico", señala Aponte.

El gerente envió esta carta a los huéspedes de FEMA para advertir que se racionarían sus alimentos para reducir costos, siguiendo el ejemplo de los albergues reales, lo que éstas familias consideraron denigrante. Francisco Victoria asegura que fue para evitar que la comida en las habitaciones generara una infestación.

"Me comunicaron que cuando venían del albergue solamente les daban lo que ellos necesitaban para comer en el desayuno. Nosotros no paramos a nadie de comer porque yo no soy quién para decirle a otro que es lo que va a consumir", explica el gerente del hotel.

De acuerdo con los congresistas José Serrano y Nydia Velazquez, de los cientos de familias puertorriqueñas que llegaron a Nueva York después de los huracanes, por lo menos un centenar se encontraría todavía en el programa de asistencia temporal de hoteles.