Migrante mexicano

María creyó que el 7 de marzo despedía a su esposo, y compañero desde hace 14 años, por un par de semanas y que lo tendría de vuelta con la ansiada residencia permanente.

La negligencia de su abogado migratorio ha tenido el costo más alto imaginable para una familia de nuestra ciudad que ya se encontraba viviendo una pesadilla. 

María Paxtor, esposa de Benjamín Barragán, nos confesó: "Lo que más temo es que me llegue a pasar algo y qué pasa con mis hijos, solita yo acá".

Por su parte, uno de sus hijos, Daniel Barragán, comentó: "Lo extraño mucho, mucho porque yo no lo vi desde hace como un mes y quiero mirarlo. Porque él es parte de mi vida

A sus 8 años, Daniel sabe por qué su madre no tiene pelo, entiende que padece cáncer, en etapa 4 con metástasis. Pero ni él ni su hermano de 11 comprenden por qué a su padre no le autorizaron regresar a su lado.

El otro hijo de la familia Barragán, Christian, también expresó sus preocupaciones: "Yo pienso, cada noche, cómo voy a hacer cada día sin mi papá, cómo voy a cuidar a toda la familia".

La residencia fue negada porque Benjamín, un neoyorquino desde 1993 viajó a México en 1999 para despedirse a su abuela y fue detenido por agentes de la Patrulla Fronteriza al tratar de regresar.

Sus abogados, dicen Benjamín y María, quien como sus hijos, es ciudadana estadounidense, no preguntaron acerca de posibles arrestos durante sus entradas y salidas del país.

Benjamín Barragán comentó al respecto: "Yo siento mucho, yo siento mucho por eso que yo vine pero, yo vine pero es que era mi abuela. Murió y tenía yo que venir porque ella me crió. Yo quiero estar allá, yo quiero estar allá cuidando mi esposa, quiero estar hasta el último momento atrás de ella".

"Para mí ha sido bien difícil, yo no estoy comiendo, yo no estoy durmiendo, tengo mucho estrés", detalla Paxtor.

Dejar todo detrás y mudarse a México o su natal Guatemala con su diagnóstico médico acortaría drásticamente la vida de María.

"Yo recibo aquí quimioterapia de por vida y para ir allá a mi país es imposible: ni en Guatemala ni en México. Nuestros hijos no conocen otro país más que éste", explica la madre de la familia Barragán.

María tiene una petición que hace desesperadamente a las autoridades migratorias: "Que Dios toque sus corazones, no sé cómo explicar. Que hagan algo para ayudar a que mi esposo regrese".

A pesar de sus escasos recursos económicos, María nos compartió que continuará buscando todas las opciones legales para traer a Benjamín de regreso a casa.