El gobierno Trump planea presionar a los jueces de inmigración para que procesen los casos de manera más rapida estableciendo cuotas como parte de la evaluación anual, según directivas oficiales.

Los jueces estarán supuestos a concluir al menos 700 casos al año para recibir una evaluación "satisfactoria", un nivel que el sindicato de jueces de inmigracion calificó de "sin precdentes". Según el sindicato, tal nivel pondría en riesgo la independencia judicial de los magistrados.

Actualmente hay inmigrantes que pasan años esperando que se resuelva su caso de inmigración -hay ahora un resago de más de 600 mil casos de inmigración.

El Fiscal General Jeff Session ha prometido que todo esto cambiará haciendo que los jueces actúen de una manera más agresiva en la terminación de los casos.

Las nuevas directivas fueron reportadas primero por el diario Wall Street Journal -y confirmadas por otros medios como el diario The Washington Post-.

Según estas directivas, se penalizará a los jueces que no terminen los casos y que en lugar de ello los envíen a las cortes superiores o también a los jueces que establezcan un calendario con mucho espacio entre caso y caso.

Lo esencial de esto (de las nuevas directivas) es que es "el equivalente de completar tres casos cada día", detalló el vocero del Departamento de Justicia citado por el Washington Post. Entonces no es tanta la diferencia, añadió el funcionario.

Hasta ahora, los jueces de inmigración atienden en promedio unos 678 casos al año.

El gobierno planea también contratar a muchos nuevos jueces con el mismo objetivo de poner al día los casos pendientes de inmigración.