La comunidad inmigrante recibió con ilusión el fallo del juez Federal que calificó de arbitraria y caprichosa la decisión del Departamento de Seguridad Nacional de rescindir el programa de alivio migratorio DACA.

"Es una gran victoria para muchos soñadores incluyéndome a mí porque es el tercer juez que nos da la razón", dijo Yatziri Tovar, de la organización Make the Road New York.

La orden judicial otorga 90 días a la administración Trump para explicar a la corte por qué considera a DACA un programa ilegal. De lo contrario, forzaría a DHS a volver a recibir solicitudes para renovar la acción diferida, así como nuevas solicitudes.

"La administración tiene que dar una explicación suficiente por la que ellos quieren terminar el programa de DACA y la verdad que está afectando a la población", dijo por su parte Luis Bautista, un beneficiario de DACA.

En un comunicado, el Departamento de Justicia reiteró su intención de cancelar el programa. Mientras que la casa Blanca dijo que el dictamen del juez incentiva la migración ilegal.

Sin embargo, académicos e investigadores sostienen que los beneficios de la acción diferida se extienden mucho más allá de sus 700,000 beneficiarios.

"93% de los jóvenes indocumentados elegibles para atacar tienen por lo menos un título de secundaria, 43% han asistido a la universidad. Es decir que son jóvenes que tienen la educación, los talentos y los recursos necesarios para participar en la fuerza laboral estadounidense", aseguró Daniela Alulema, del Center for Migration Studies.

Y los costos de la cancelación del programa afectarían no sólo a los indocumentados y sus familias.

"Los gobiernos estatales han invertido 150,000 millones de dólares en la educación de los jóvenes que serían beneficiados para el acta del sueño. Si no les damos acceso a un permiso de trabajo ya que lleven acabo todo su potencial es una inversión que sería perdida", añadió Alulema.

Los activistas llamaron a este nuevo plazo un respiro hacia la batalla más grande, para la que aseguran estar preparados.

"Nos da mucha más energía para seguir peleando, para seguir luchando para que eventualmente el congreso no se escuche así como las cortes los están escuchando", añadió Tovar.

Han pasado casi 17 años desde que la primera propuesta legislativa llamada Acta del Sueño fuera introducida en el congreso estadounidense. Ninguna de las múltiples versiones ha sido aprobada.