"Pena"... Ese es el sentimiento que embarga a los vecinos del Bronx, tanto a quienes conocían a la pareja de dominicanos que vivían en el cuarto piso de este edificio en West Concourse como a quienes sólo se enteraron de la tragedia que llevó a Olivia o Liv Abréu a perder a su bebé a los 7 y medio meses de embarazo y a debatirse entre la vida y la muerte.  

Juan Carlos Abréu, Hermano de la víctima, comentó al respecto: "El dolor más grande que tenemos es la pérdida de su bebé, que era el ángel que esperábamos, que el Señor nos había enviado para traernos una felicidad o algo que faltaba quizás en su vida y en su corazón".

Según el NYPD, poco después de la medianoche, oficiales encontraron a la veterana de la Armada estadounidense de 30 años, ensangrentada y con múltiples heridas de arma blanca en el pecho y abdomen, presuntamente infligidas por su novio, Oscar Álvarez, de la misma edad y a quien los vecinos describen como un hombre respetuoso y callado que se entregó a la policía horas más tarde.

Hacia afuera de su apartamento, la vida de la pareja parecía normal y sin indicios de violencia doméstica.

"Ellos siempre tenían una buena relación. Se ayudaban mutuamente y nunca tuve ningún conocimiento de que tuvieran algún tipo de perjuicios", comentan los vecinos.

Sin importar las apariencias, Juan Carlos tenía un mal presentimiento: "Yo toda la semana pasada me sentía muy inquieto, sentía que algo no estaba bien y hablé con mi hermana muy frecuentemente, porque algo me decía en el corazón que algo no marchaba".

Hoy los Abréu esperan que el caso de su querida Liv sirva de advertencia a otras mujeres en una situación de riesgo.

"Con la primera señal de maltrato, de abuso hay que buscar ayuda", recomienda el hermano de la víctima.

Mientras Olivia continúa hospitalizada y su familia tratando de recuperarse de la tragedia, Álvarez enfrenta cargos por intento de homicidio, asalto y posesión criminal de un arma.