Cuando salió sorteado y consiguió entradas para la Copa Mundial, José Jiménez 

Se la jugó y se fue a Estados Unidos, a buscar trabajo en la construcción. Y en dos meses tenía el dinero necesario. 

"Fue el destino. La primera puerta que toqué en Miami me dio trabajo", comentó Jiménez, de 32 años e hincha de Universitario de Lima. 

"Me llamó llorando, me dijo 'no lo puedo creer. Voy al mundial", comentó Jorge Oxa, amigo de la infancia de Jiménez. "No sabía cómo iba a hacer para ir, pero sabía que iba a ir. Trabajó muy fuerte en Miami". 

Jiménez, Oxa, el padre de este último, Rolando Ubillos, y un puñado de amigos viajaron juntos a Rusia y tienen entradas para al menos dos partidos de Perú, contra Dinamarca y Australia. "Después veremos, la idea es tratar de ver algún partido más si Perú avanza", dijo Ubillos, quien vive en Washington, donde tiene una empresa de la construcción. 

Jiménez y su banda simbolizan el frenesí que despertó la selección peruana conducida por Ricardo Gareca, que se clasificó para su primer Mundial en 36 años. El grupo es también un canto a la amistad y al papel del fútbol como elemento que acerca a familiares. 

"Hay fiebre de fútbol. Mucha gente está viniendo", afirmó Ubillus el martes a las cuatro de la mañana, mientras el grupo estaba de tránsito en el aeropuerto de Moscú. "Algunos hipotecan sus casas con tal de venir. Yo no lo haría". 

Todos atribuyen gran parte del mérito de la clasificación a Gareca. 

"No descubrió la pólvora. Pero impuso disciplina y respeto", señaló Oxa. "Antes no era un equipo. Los consagrados estaban por un lado, los demás por otro. Limpió a cinco jugadores de nombre, incluidos Claudio Pizarro y Jefferson Farfán -- aunque Farfán después volvió--, y promovió buenos jugadores". 

"Ahora tenemos un equipo sólido, joven, liderado por Paolo Guerrero, nuestro ídolo", declaró Ubillus. "Nos ilusiona mucho". 

Varios de los integrantes del grupo estuvieron en el estadio cuando Perú derrotó a Colombia en la última fecha de las eliminatorias y puso un pie en el mundial. "Lloramos de alegría ese día, a pesar de que todavía debíamos jugar el repechaje" con Nueva Zelanda. "Y vamos a llorar seguramente cuando Perú salga a la cancha en el debut ante Dinamarca" el 16 de junio en Saransk.

Para Jiménez, el viaje a Rusia tiene un significado especial. 

"Pienso en mi padre. Él me despertó la pasión por el fútbol. Iba a todos los partidos de la selección de Teófilo Cubillas y me hablaba mucho de esa época dorada de los años 70 (jugó en el del 70 y el 82)", expresó el camionero. "Disfrutaría viéndome aquí".