Las autoridades federales de inmigración en Estados Unidos otorgaron el jueves un aplazamiento de seis meses a un hondureño que estaba a punto de ser deportado, una decisión que le permitirá someterse a un trasplante renal que ya estaba programado.

La medida fue anunciada horas antes de una manifestación en respaldo a Nelson Rosales Santos, de 49 años, residente de Connecticut, quien iba a ser deportado a Honduras el lunes. 

"Esta deportación habría sido una sentencia a muerte, un acto cruel y desalmado que la historia habría juzgado de la forma más severa", dijo el senador demócrata Richard Blumenthal al anunciar el aplazamiento. "Pero seis meses es un indulto breve y debemos redoblar esfuerzos para lograr un alivio permanente para esta familia de Connecticut". 

Familiares y partidarios dicen que Santos ingresó ilegalmente al país, pero ha vivido en Stamford por 30 años, está casado con una estadounidense y tiene tres hijos -de 19, 14 y 11 años- nacidos en Estados Unidos 

Dijeron que Santos padece de diabetes e hipertensión y que sus riñones no funcionan adecuadamente, requiriendo diálisis cada dos días. 

Si Santos es forzado a regresar a Honduras, un país que no ha visto en tres décadas, no tendría acceso inmediato a diálisis y casi seguramente estaría muerto en una semana, dijo su abogado, Glenn Formica. 

"No quiero morir", dijo Santos en un mensaje electrónico el jueves. "Mis hijos y mi esposa me necesitan". 

Las autoridades federales de inmigración no comentaron por el momento sobre la situación. 

Santos trabaja como chef y ha recibido rutinariamente permisos temporales para seguir en el país, dicen sus partidarios. 

Su esposa les solicitó exitosamente a las autoridades de inmigración que permitiesen que su esposo fuese considerado para residencia permanente. Pero debido a la orden de deportación que data de 30 años, se le dijo que él tiene que salir del país durante el proceso, dijo Catalina Horak, que trabaja a nombre de Santos con el grupo de respaldo a inmigrantes Building One Community.

Formica dijo que había presentado dos pedidos separados de aplazamiento de la deportación. El primero, ante la Junta de Apelaciones de Inmigración, argumenta que la orden original de deportación es defectuosa. La segunda, ante el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), solicitó el aplazamiento humanitario para permitir que Santos sea operado. 

"Yo simplemente no creo que seamos un país tan despiadado", dijo Formica antes de conocerse el aplazamiento. "Pero esta política indica otra cosa". 

Santos, que tiene un seguro médico privado a través de su esposa, tenía programado el trasplante para este mes, pero los médicos le dijeron que no procederían hasta que recibiesen garantías de que estaría presente para visitas postoperatorias y tratamiento, dijo Horak. 

Santos está dispuesto a salir del país como se requiere mientras espera por la residencia permanente, pero no puede hacerlo hasta que se resuelva su situación médica.