En un raro pronunciamiento sobre asuntos de políticas del gobierno Trump, la primera dama Melania Trump dijo que odiaba ver a los niños separados de sus familias.

"La senora Trump odia ver a los niños separados de sus familias y espera que ambos lados (del espectro político) puedan finalmente juntarse para conseguir éxitos en reforma migratoria", dijo la directora de comunicaciones de la primera dama. "Ella piensa que necesitamos un país siga las leyes, pero también un país que gobierne con corazón".

Las expresiones de la primera dama surgen en momentos en que se ha intensificado el debate nacional sobre la política de inmigración del gobierno Trump de separar a las familias inmigrantes en la frontera. Se estima que en un periodo de un poco más de un mes el gobierno Trump ha separado a unos dos mil ninos de sus padres bajo el argumento de que los padres enfrentan juicio criminal por haber ingresado ilegalmente al país.

El enjuiciar a estos padres es parte de llamada política de "cero tolerancia" en la frontera. La política del gobierno es que quien es detenido en la frontera -sea porque lo agarran o porque se presenta voluntariamente- ha violado la ley al ingresar ilegalmente al país y por tanto debe ser juzgado. Y al ser juzgados, sus hijos no pueden estar con ellos.

La política de separar a los hijos ha sido severamente criticada aun por sectores que apoyan a Trump (varios pastores evangélicos para el caso). La respuesta de Trump ha sido que no es culpa de él, que es una política establecida por los demócratas (lo cual se ha demostrado no es cierto).

Lo dicho por la primera dama le echa fuego a un debate que ha rebasado lo político y se ha insertado en una discusión más profunda: sobre si es humanitario o no, de si va con lo que son los Estados Unidos como sociedad y nacion, el dividir a las familias. Para unos, es la simple aplicación de la ley. Para otros, es una política inhumana y cruel.