Al grito de "sí, se puede", "sí, se puede" se unieron las voces de centenares de trabajadores de lavado de autos y manicuristas que cuentan con las propinas para el sustento de sus familias y quienes exigen que se aumente el salario base.

Estos trabajadores ganan menos de 9 dólares la hora y al recibir propinas dependen en gran parte de la generosidad de los clientes. 

Pero como conto una manicurista, con este modelo, hay veces que le cuesta llegar a fin de mes.

“Es inestable, porque no se si al final de la semana voy a poder ganar lo suficiente como para poder pagar mis gastos”, dijo Nilda Sefla.

Los manifestantes marcharon desde Grand Concourse hasta el Hostos Community College. 

Allí testificaron frente a funcionarios del Departamento de Trabajo del estado. 

Se trata de una serie de audiencias ordenadas por el gobernador Cuomo para determinar si la práctica es justa. 

“Tengo dos hijos que dependen de mi salario y muchas veces me he tenido que esforzar y sacrificar el tiempo con ellos para poder sacar lo necesario para poder mantenerlos, porque básicamente nosotros dependemos más de la propina que de nuestros salarios”, explicó la manicurista María Hernández,

Actualmente en la ciudad de Nueva York, el salario mínimo es de 11 a 12 dólares la hora, dependiendo del número de empleados.

Pero para estos trabajadores, el sueldo es de menos de 8 dólares con 65 centavos por lo que dependen de las propinas para alcanzar el salario mínimo.

El grupo no quiere que se eliminen las propinas, más bien, que se aumente el sueldo submínimo. 

"One Fair Wage" representa a los manifestantes y afirma que los más afectados por esta situación son manicurístas asiáticas y latinas, y carwasheros latinos y africanos.