Muchos neoyorquinos han seguido la cobertura en la prensa de los niños separados de sus padres en la frontera, y de entre estos los que han sido enviados por el gobierno federal a New York.

En total son más de 200 de estos niños que están en guarderías y otros centros en la ciudad.

Lo que llama la atención es que muchos neoyorquinos han ido más lejos de simplemente mostrar su sorpresa o molestia ante la separación de estos niños de sus padres: han pasado a la acción donando víveres o colaborando como voluntarios.

"Gracias a la increíble muestra de generosidad de los residentes no solo de nuestra ciudad, pero de todo el país, hemos recolectado una enorme cantidad de ropa, diapers, juguetes, productos de higiene personal y mucho más", explicó el concejal de Manhattan Mark Levine, quien inició el llamado para que la gente donara.

Han sido tales las cantidades de los víveres y otros productos donados, que para el lunes la oficina de Levine pedía que mejor ya no se donara nada y que quien quisiera ayudar que lo hiciera con contribuciones financieras a las organizaciones humanitarias que ayudan a los refugiados. 

 "Pedimos que las donaciones físicas ya no sean enviadas a nuestra oficina", escribió Levine en su página de Facebook. 

Lo sucedido es un ejemplo de la época actual que se vive en el país en la que las redes sociales juegan un tremendo papel en la movilización del público. Levine básicamente consiguió las montañas de donaciones gracias a su página de Facebook y a su sitio de internet.

La crisis de la separación de familias había sido hasta la semana pasada un asunto un tanto lejano para los neoyorquinos. Por supuesto, mucha gente había seguido el tema -el escándalo para muchos- debido a la intensa cobertura de prensa, con todo, era algo que pasaba en la frontera, lejos ciertamente de New York. Todo cambió cuando se supo que había cientos de esos niños en la ciudad (revelación primera por cierto de NY1).

Una vez que se supo que los niños estaban en la ciudad la atención de los neoyorquinos ha sido intensa. Tanto del público como de los políticos locales.

No es extraño entonces que mucha gente haya donado víveres, otros productos o su tiempo al esfuerzo original del concejal Levine.

"Aun cuando (los niños) deberían de estar con sus padres y sus familias, mientras sigan aquí en New York son neoyorquinos y los ciudaremos", escribió Levine en Facebook.

Ahora es tanto lo que se ha recolectado que la oficina del concejal pide voluntarios para "revisar, organizar y distribuir" las donaciones. El lugar donde se puede ir es la Iglesia Riverside en el 91 de la avenida Claremont.