Elsa Wagoner pagó 14 mil dólares por un Hyundai Elantra del 2013 pero jamás logró usarlo. 

"Me dijeron si usted no sigue pagando se le va dañar más el crédito, en esos días yo me había ido a bancarrota. De eso se agarraron, me vieron la cara de tonta y eso es lo que me duele", relato Wagoner.

Wagoner terminó pagando todos las mensualidades a pesar de que el vehículo permaneció tres años en la concesionaria con un desperfecto del sistema electrónico. 

La de Wagoner es una historia que se repite una y otra vez especialmente entre la comunidad inmigrante. 

"Es una de las industrias en donde tenemos más quejas aquí en la agencia. Hay mucha victimización en la comunidad latina sobre todo y la gente que termina con el crédito destrozado", reveló Lorelei Salas, comisionada del Departamento de Asuntos del Consumidor.

El Departamento de Asuntos del Consumidor se encarga de entregar licencias a los casi 700 concesionarios que operan en Nueva York y a la vez combatir las prácticas abusivas de estos vendedores que muchas veces ofrecen préstamos a tasas de interés desorbitadas.

Desde 2013 la agencia ha recibido más de 600 quejas y ha emitido multas por más de un millón de dólares a los concesionarios.

El Departamento de Asuntos del Consumidor recientemente anunció medidas para poner freno a las estafas y las prácticas discriminatorias que son tan prevalentes en este sector. Se trata de una nueva serie de reglas diseñadas para proveer más información a los neoyorkinos que estén pensando en comprar un auto de segunda mano.  

La nueva ley requiere que estos negocios provean una carta de derechos del cliente publicada por la ciudad, que no haya una diferencia entre el precio anunciado y el real. Además explicar el tipo de financiamiento disponible. 

También le da la opción a los consumidores de cancelar su contrato dentro de un plazo de dos días y que el contrato debe estar en el idioma del comprador. Las autoridades creen que estas medidas ayudarán a evitar más casos de fraude. 

"Creo que la ley ha sido un buen balance entre lo que se necesita en términos de protección al consumidor y también algo que sea fácil de cumplir por parte de los concesionarios", añadió Salas. 

El Departamento de Asuntos del Consumidor ofrece consejería gratis a los compradores algo que quizás pudo haberle ayudado a Elsa Wagoner.  

"Cuando fui ahí dije yo necesito otro carro que me lo den. Dijeron que tengo que sacar otro y seguir pagando de nuevo. Yo dije no. Me dijeron cuando termine de pagar el carro venga aquí y le damos otro. Y no fue así", añadió Wagoner. 

Por ahora Wagoner espera que una investigación por parte de la agencia le ayude con su caso. 

Si quieres evitar estafas así o para más detalles sobre tus derechos como consumidor puedes consultar la página nyc.gov/dca