Bodega del Bronx

Tras semanas sin dar declaraciones, Modesto Cruz confirmó la controversial venta de la bodega del Bronx que operó por dos décadas y donde fue ferozmente atacado Lesandro Guzmán Feliz antes de perder la vida a manos de pandilleros el 20 de junio.

"Sentí tanto odio de la comunidad al escuchar tantas entrevistas, tantos políticos hablando sin ni siquiera saber la verdad de todo, donde se me inculpó. No era correcto volver a la esquina como aquel trabajador que era siempre", apunta el exbodeguero.

Cruz confesó a NY1 Noticias que su vida ha cambiado, radicalmente, y que aún no puede pensar en cómo asegurará un futuro para su propia familia.

"Luchaba 16 horas diarias trabajando para poder brindarle el mejor servicio a mi comunidad a la que tanto y por cosas del destino esta tragedia llego a cambiarlo todo", señala Cruz.

Recordando que en muchas ocasiones anteriores llamó al número de emergencias por riñas callejeras frente a la bodega en la calle 183 y la avenida Bathgate, Cruz criticó la actuación de los operadores del 911, proveyendo el registro de sus dos llamadas de auxilio de la noche del crimen: "Cuatro minutos y fracción de segundos preguntándome cosas, por eso hice la segunda llamada. Eso fue para ayudar a Junior. Desgraciadamente, no fue lo suficiente para salvar su vida, pero sí traté de ayudarlo".

Acerca de la transacción, que ha sido fuertemente criticada por vecinos, y que permitirá la continuación del negocio en manos del nuevo dueño con quien dice fueron sus abogados quienes han tratado, cuestionó la verdadera motivación de quienes se han pronunciado en favor de convertir su ex-negocio en un altar a Junior: "Políticos que sin importar el dolor de la tragedia se aprovecharon de ella para crecer en sus campañas, personas que dicen llamarse religiosos en esta área y que lo que buscan es un interés personal".

El señor Cruz nos aseguró que ni siquiera durante el proceso de negociación conoció en persona a Wagner Báez, el nuevo propietario de la bodega. 

Bodega del Bronx