Inmigrante en Staten Island

Imelda Castillo ahora puede respirar tranquila, ya que después de 26 años de vivir de manera indocumentada en Staten Island, por fin recibió su green card.

Esta mujer, nacida en México, fue beneficiada porque dos de sus hijos se encuentran en servicio activo parael ejército de Estados Unidos.

"Si lloro más al rato es de felicidad, porque por fin voy a poder ver a mi padre, a mi madre, que es lo único que deseaba verlos", comenta Castillo. 

Ella consiguió sus documentos gracias a una herramienta legal muy poco ocupada.

En 2013, el entonces secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, emitió un memorándum donde pide un parole-in-place o mejor dicho, un perdón para padres, hijos o cónyuges de ciudadanos americanos, miembros activos del ejército.

De acuerdo con el abogado de inmigración, César Vargas: "Es muy complicado la intersección de las leyes migratorias y las militares. Y hay pocos abogados que reconocen este alivio. La persona, si tiene un familiar en el Ejército, le puede salvar y perdonar esa entrada sin inspección para que puedan transformar su estatus migratorio acá".

El trámite de parole sólo evita que el familiar sea deportado. El migrante debe buscar, en un proceso por separado, regularizar su estatus migratorio.

Los beneficiarios tienen que comprobrar que la labor de su familiar en servicio sería afectada si son deportados.  Imelda usó como evidencia una carta de su hija Keyla.

"La sargento Hebreo comprobó que su mamá es una gran parte de su vida, que ahora ella está en su carrera militar y se quiere enfocar, y si deportaran a su mamá, le causarían un gran estrés a su carrera", apunta Vargas.

Imelda planea, para diciembre, ir a visitar a sus padres en Puebla. Ella no ha salido del país en más de dos décadas.

"Tenía 18 años cuando los abracé la última vez. Siempre le pedía a Dios: Dios mio, aunque sea tres días, me conformo con abrazarlos y verlos porque en realidad si me hicieron demasiada falta, porque como dije fui madre soltera de cinco hijos", explica Castillo.

El proceso de Imelda se tardó dos años en tramitarse. Y ahora, Castillo buscará ahora legalizar a su esposo, para que puedan recorrer Port Richmond sin preocupaciones.

 

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