Con 53% de las casillas contabilizadas el domingo tras las elecciones presidenciales de Brasil, el candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro encabezaba la carrera presidencial con 49% de los votos.

Fernando Hadad, del Partido de los Trabajadores (PT), estaba en segundo lugar con 26% de la votación.

Si ningún candidato alcanza el 50%, se llevará a cabo una segunda vuelta el 28 de octubre.

Estos primeros resultados muestran que Bolsonaro obtuvo más votos de los que mostraban las encuestas en semanas recientes.

Bolsonaro es un excapitán del ejército y legislador con 27 años en el Congreso que ha cosechado su popularidad presentándose como un "salvador de la patria" frente a los políticos "corruptos" que llevaron a la mayor economía del continente a una debacle.

Aunque la jornada se llevó a cabo con tranquilidad, el proceso electoral estuvo marcado por un intenso descontento hacia la clase gobernante tras años de turbulencia política y económica.

Dos grandes hechos marcaron el camino hasta estos comicios: el político más popular del país, Luiz Inácio Lula da Silva, vio rechaz.ada su candidatura, mientras que Bolsonaro, líder en las encuestas, del Partido Social Liberal, sufrió un ataque a cuchilladas a un mes de los comicios.

El candidato más beneficiado del descontento social fue Bolsonaro.

"Es símbolo de una visión cívica y patriótica del país. Estamos frente a un momento de refundación para Brasil", dijo sobre él Joao Felipe Miu, funcionario público de 38 años luego de haber votado en Leblon, un barrio acomodado de Río de Janeiro.

Bolsonaro es conocido por su nostalgia por la última dictadura, sus insultos a las mujeres y a los gays y sus llamados a reprimir la delincuencia, dándole más garantías a las fuerzas de seguridad.

Al votar en Río de Janeiro el domingo por la mañana, Bolsonaro pronosticó que obtendrá más del 50% de la votación, suficiente para evitar una segunda ronda el 28 de octubre. "La gente cae en la cuenta que Brasil no puede seguir con el camino del socialismo. No queremos ser mañana lo que Venezuela es hoy", dijo.

En el tramo final de la campaña, el PT subió el tono contra Bolsonaro al advertir al electorado que, con su elección, la democracia estaría en peligro. Incluso, mediante un video, el partido de Haddad lo comparó con Adolf Hitler.

Quien resulte electo dirigirá un país sumido en una crisis económica y política, aún conmovido por el enorme escándalo de corrupción de Lava Jato, el mayor esquema de corrupción en la historia de país develado a partir de 2014. Como síntoma de una nación en crisis, más de 13 millones de brasileños no encuentran trabajo en el mercado.

Bolsonaro habla de un Brasil al borde del colapso donde narcotraficantes y políticos roban impunemente y reina la amoralidad. Se ha manifestado a favor de flexibilizar las leyes de tenencia de armas para que la gente pueda protegerse, darle rienda suelta a la policía y restablecer "valores tradicionales", una frase que ha causado desasosiego debido a sus halagos hacia la época de la dictadura y sus insultos contra las mujeres, los negros y los gays.