Mientras el premio gordo del sorteo de lotería Mega Millions ha alcanzado la cifra record de Mil 600 millones de dólares, el público parece no resistir la tentación de comprar más boletos. Y muchos, en soñar en qué gastarían la fabulosa cifra del premio.

La locura de la lotería ha alcanzado también al otro sorteo -el Powerball-, el cual se jugó el sábado y tampoco nadie lo ganó. En este caso el premio anda alrededor de los $620 millones para el sorteo del próximo miércoles. Premio que alcanzó ya la categoría del quinto en la historia de los premios en Estados Unidos.

Pero la gran atracción por supuesto es el Mega Millions, que se juega en casi todo el país -en 44 erstados más Washington D.C. y las Islas Vírgenes de Estados Unidos. El sorte será el martes y es sin duda el más grande premio en la historia de las loterías en el país.

Desde San Diego hasta New York, mucha gente sigue comprando boletos y muchos de ellos también soñando en qué gastarían o qué harían con esa monumental suma de dinero. El ganador recibiría alrededor de Mil millones en efectivo si opta por la suma de una vez en lugar de por cuotas. A esto hay que quitarle lo que tendría que pagar por impuestos (alrededor de unos $500 millones).

La probabilidad de ganar el premio sigue siendo de una en más de 300 millones.

Varias personas entrevistadas dijeron como gastarían o qué harían con el premio:

"Primero le daría algo a la caridad", dijo una mujer entrevistada por la agencia de prensa AP. "Pondre (dinero) en el fondo para la Uuversidad de mis hijos y con el resto quedaré arreglada para toda mi vida".

Otro comprador entrevistado en Chicago dijo que con su esposa han hablado varias veces sobre qué harían con un premio de lotería y que ella ha dicho que no renunciaría a su trabajo. "No sudaremos por cosas pequeñas", dijo el hombre. "Nada de locos, pero quien sabe".

Otro entrevistado dijo que con el premio compraría una fébrica de cerveza.

Y otro més, que tambien daría mucho dinero a la caridad -pero que tambien tomaría una 'bonitas vacaciones'.

Juan Ramírez, un neoyorquino de 69 años, dijo que se retiraría de al menos uno de sus trabajos y que tambien donaría dinero a caridad. "Ayudaré a alguien", dijo Ramirez. "Pienso en los desamparados, gente con menos que yo".

Y en San Diego, un inmigrante guatemalteco que trabaja de 'roofer' -arreglando y poniendo techos, dijo que le compraría una casa a su mamá allá en su país natal. Que además le daría dinero a cada una de sus cinco hermanas. Pero eso si, no les daría nada a sus cinco hermanos, aseguró.

"Es un montón de dinero. Espero que gane", dijo el inmigrante de 42 años.