Mientras el ultraderechista Jair Bolsonaro encabezaba los primeros resultados oficiales en la jornada electoral del domingo en Brasil, parecería que sus votantes ignoraron las advertencias que aseguraban que este exmilitar podría erosionar la democracia en el país sudamericano y en lugar de eso eligieron dar una oportunidad a un cambio radical después de años de agitación.

Con más del 88% de los votos contabilizados, 55,7% apoyaba a Bolsonaro en comparación con el 44,3% que le dio su voto a Fernando Haddad, candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores, de acuerdo con el Tribunal Superior Electoral. Los resultados finales se esperaban por la noche el mismo domingo.

Poco antes del anuncio, un clima de fiesta se vivía en Barra de Tijuca, zona oeste de Río de Janeiro, frente al edificio donde vive Bolsonaro. Agitando banderas y confiados en la victoria del candidato, miles de seguidores comenzaron a reunirse en espera de los primeros resultados oficiales.

"Ganamos, no hay forma de perder la elección. Empieza una nueva forma de hacer política en Brasil", dijo Marcos Braga, un empresario de 44 años.

"Estábamos cansados de tanto robo, necesitábamos un cambio así", dice Sidney Xavier, comerciante de 38 años que también daba por seguro el triunfo.

En una de las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos, que han estado marcadas por un clima de descontento por la crisis económica y un hastío con la mayor parte de la clase política luego de la revelación de un enorme esquema de corrupción, los brasileños votaron por su próximo presidente.

La mayoría de las casillas cerraron a las cinco de la tarde. Poco antes, el presidente Michel Temer dijo que su gobierno estaba listo para entregar el poder a quien resultara elegido durante la jornada, que la transición empezaría uno o dos días después y que esperaba que ocurriera con calma y tranquilidad.

Bolsonaro se describe como un "salvador de la patria" y prometió sacar a Brasil de una debacle moral, política y económica. Aunque las encuestas lo colocaban 12 puntos por encima de su contrincante Fernando Haddad, éste y los seguidores de la izquierda confiaban en una sorpresiva remontada alentados por los pronunciamientos de apoyo de algunas personalidades en las últimas horas --incluido el exmagistrado de la Corte Suprema, Joaquim Barbosa-- y por la tendencia de crecimiento que mostró su candidatura en los últimos días.