Una pareja puertorriqueña no oculta su alegría al saber que este año ha contribuido con las fiestas navideñas. 

Shirley Figueroa, propietaria del árbol, comenta: "Nos han dicho que quizás somos las primeras latinas que hemos donado un árbol a Rockefeller Center y nos sentimos, es un gran orgullo, y feliz, estamos feliz". 

Shirley Figueroa y Lissette Gutiérrez se sienten afortunadas de que el árbol que tanto cuidaron en su propiedad, en el condado de Orange, será el protagonista de las fiestas decembrinas en el Rockefeller Center. 

El árbol de esta familia hispana fue instalado este sábado en la popular plaza. Se trata de un abeto noruego que mide 72 pies de altura, 45 de diámetro y pesa 12 toneladas. Un vez que sus ramas están extendidas, mide 74 pies de ancho. 

La hazaña de ingeniería empezó desde tempranas horas del día. Con la ayuda de obreros, el emblemático símbolo navideño se levantó de un remolque de 115 pies de largo y fue colocado en su lugar por una grúa. Fue un proceso de casi cuatro horas.

Y para que este árbol se mantenga en su lugar toda la temporada navideña, se ha utilizado una base de cuatro niveles, además un clavo grande atraviesa el tronco de este árbol. 

La llegada del árbol a su prominente casa en Rockefeller Center atrajo tanto a neoyorquinos como turistas.

"Personalmente una vez he venido a verlo con las luces y esta es la primera vez viéndolo en persona cerca sin luces… Ya tengo la perspectiva con luces y sin luces", comentó un vistante. 

Para iluminar la popular atracción navideña, se necesitarán 5 millas de cable y 50,000 luces multicolores. El abeto será coronado con una nueva estrella hecha de cristales de Swarovski. 

"Es impresionante, y supongo que ya adornado con las luces encendidas debe ser mucho más bonito, con la gente patinando abajo, más bonito todavía", compartió un asistente.

Este año, la ceremonia para encender el árbol número 87 se llevará a cabo el miércoles 28 de noviembre y podrá ser admirado hasta el 7 de enero.