Se gana la vida vendiendo su mercancía en las calles

"A cinco" ropa usada, "tenga corazón" juguetes,  es lo que vende Rosa Lema para ganarse la vida en Washington Heights. 

"Lo que es basura para uno, es tesoro para el otro. Porque hay cosas que muchas personas no las necesitan pero otras si entonces uno se los vende con un precio más bajo", explica esta comerciante ambulante. 

Doña Rosa maneja a estados como Virginia y Carolina del Norte para comprar mercancía usada. Un lunes a las 5 de la mañana prepara su tienda, cuatro mesas en la calle y vende hasta las 5 de la tarde. Lleva tres años haciendo lo mismo. La ganancia, un 40% por artículo, le sirve para vivir y enviar remesas a Ecuador.

"Es muy duro pero es lucrativo. Requiere de mucho trabajo pero si vale para sacar los bills... lo que uno necesita. A mí se me hace duro al bajar las mesas, las cosas que pesan", comenta Lema.

En Nueva York, hay 20.000 vendedores ambulantes. En su mayoría immigrates. Muchos de ellos, como Rosa, no tienen una licencia para vender.

La policía podría detenerlos y confiscar su mercancía, según datos de la organización Street Vendor Project que le da protección legal a los vendedores.

Para los clientes de Rosa, aquí pueden encontrar cosas que no pueden comprar en otro lugar y es barato.

Y sus productos van desde utensilios para la cocina como también la decoración para la Navidad. Pero esta tiendecita improvisada no se va a quedar aquí.

En menos de una semana, Rosa regresará a Ecuador con su familia a pasar las navidades. Es lo bueno del negocio: ser su propia jefa y trabajar en temporadas.

De acuerdo con Lema: "Pienso yo, nosotros damos el todo por el todo. Así que estas son unas vacaciones merecidas".

Rosa tiene planeado dejar de vender en las calles el próximo año y poner un negocio como vendedora de artículos usados por Internet y así poder ayudar a su familia en Ecuador.