Por más de 40 años, un grupo de amigos ha ocupado una esquina en el Alto Manhattan jugando dominó, barajas y tablero. Pero esta temporada comienza muy distinta. Dos de los miembros del "Club de dominó de la 160", como se les conoce cariñosamente, murieron de COVID-19.

-¿Era gente que tenía mucho tiempo jugando con ustedes?

"Más de 40, gente que tenían 35, 40 años aquí. Muy penoso", dijo Carlos Flores.

El grupo que ocupa este espacio en la esquina de Broadway y la calle 160 en Manhattan regresa todos los años a mediados de la primavera cuando calienta el tiempo. Este año han tomado medidas para evitar contagios, como mascarillas y desinfectantes.

"El calor, tu sabe que eso no es fácil ahorita cuando se meta esa temperatura a 90 y a 100, yo sé que hay gente que van a estar soltando las máscaras", agregó Flores.

Los amigos, la mayoría dominicanos, dicen que comenzaron a jugar aquí cuando eran jóvenes. Ya están jubilados. Cuando supieron de la pérdida de dos de sus compañeros fue un golpe duro.

"Nosotros compartimos todito y desde que falta uno aquí o hay tres días que no ha llegado, ¿y fulanito? ¿y perencejo? ¿y que se ha hecho? ¿cual tiene el número de él? vamos a llamarlo a ver", dijo por su parte Sulfuro, quien lleva 35 años como miembro del club de dominó de la calle 160.

El Coronavirus también les obligó a comenzar la temporada de juego 5 semanas más tarde. Generalmente, comienzan a reunirse a principios de mayo.

"Nos conformamos, por que hay que llevar lo que la ley dice", dijo Andres Brito, otro de los jugadores. 

Y según estos jugadores, muchas veces se pelean o entran en desacuerdo pero siempre terminan haciendo las paces.

 

Club de dominó de la 160.

 

 

"Todos somos familias, peleamos pero somos familia, ese es el juego", dijo Nicolas Savinon.

Es un club social en la calle... no tiene un nombre oficial, ni membresía pagada... y eso no tiene precio.

"Y hace que uno más o menos se olvide del coronavirus y de los problemas que están pasando", dijo Miguel Herrera.

"Oh! esto es una vaina bien, porque uno despeja la mente. Imagínate uno trancado en la casa",dijo Franco  Méndez.