A todo pulmón, sin micrófono ni ningún tipo de amplificación, Santiago López canta para espantar las penas.

“Con el canto me desahogo, porque a veces salen mis cuates y ya ve lo que es el humano: Siempre le tiran pedradas a uno”, dijo López, conocido como ‘El Charro de Sunset Park’.

El 15 de octubre López cumplirá 73 años.

“Soy de una familia de 16 hermanos. Soy el número cuatro”.

Cuando niño, López cantaba en el rancho familiar de su natal México. 

Ahora, un día sí y un día no, usa el servicio de 'Access a Ride' para llegar desde un refugio en Queens a la 5ta avenida con calle 47 de Sunset Park, donde regala sus canciones a los residentes y visitantes del vecindario.

López.

 

López viene a este lugar desde hace muchísimos años, unos treinta o tal vez más. Dice que no recuerda cuántos.

Antes, López viajaba todos los días en metro cargando su fiel acordeón. Por una operación en la columna en agosto de 2021 sin embargo, ya no puede tocar el instrumento.

“De gritos de terror, se volvió estampida humana. Otros muy desesperados, brincaban por la ventana”,  se escucha cantar a López.

Este corrido lo escribió mientras que escuchaba en vivo las noticias sobre la caída de las torres gemelas.

La mayoría de las canciones que interpreta el señor Santiago son de protesta y dice que ya ha perdido la cuenta de la cantidad de temas que se ha aprendido o que ha compuesto.

“Si te digo, hay muchas, muchas canciones y yo busco las que tienen fundamento, me las aprendo", dijo Lopez.

El Charro de Sunset Park llegó a Estados Unidos cuando tenía 37 años. Al preguntarle qué siente el haber dejado a su país hace tantos años, respondió:

“Yo donde quiera plancho y lavo y en cualquier mecate tiendo. Donde quiera, el cuerpo se acostumbra a todo”.

En 1989, mientras trabajaba en un techo en La Florida, le cayó brea en la cara, comprometiendo su vista, pero pese a cualquier obstáculo, el charro es un hombre alegre y bromista. 

Sale a cantar, a interactuar con su gente de Sunset Park hasta que llega la 'van' para regresarlo al refugio en Queens.