La seguridad en las calles y en los trenes es una gran preocupación para los neoyorquinos.

“Uno nunca sabe, de repente no salen de atrás de uno o dos los pueden empujar. Como todos los casos que ha pasado. Y la verdad es que da bastante miedo", dijo Nicolás González.

El último esfuerzo del alcalde Eric Adams: una directiva para hospitalizar involuntariamente a las personas que parecen tener problemas de salud mental.

“Yo creo que sería bueno que si lo recogieran de verdad. Si tienen problemas mentales, obviamente. Sí, definitivamente", dijo por su parte Edgardo Meléndez.

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"Hay mejor manera de solucionarlo en vez de agarrar a la gente y tirarla donde sea", agregó Dante Velázquez.

Opiniones mixtas de los neoyorquinos ya que la directiva establece que una persona no necesariamente tiene que exhibir un peligro o una amenaza para los demás.

La directiva establece que la persona solo tiene que mostrar una incapacidad para satisfacer las necesidades básicas de la vida o una comprensión errónea delirante de su entorno.

Esto ha traído críticas de organizaciones que defienden los derechos civiles y comunidades de bajos ingresos.

“Este programa no respeta los derechos de la gente que está enferma”, dijo Donna Lieberman, directora ejecutiva, NYCLU.

La responsabilidad recaería en los trabajadores de varias agencias, incluida la policía de Nueva York y los servicios médicos de emergencia.

El alcalde dice que los trabajadores que cumplirían esa directiva recibirán entrenamiento, pero algunos defensores dicen que eso no es suficiente.

"Estar en la calle no es un crimen. Este no es un crimen técnicamente tener este problema de salud mental. Y no es un crimen eso porque involucra a la policía en este, este, en esta situación", dijo Milton Pérez, de VOCAL-NY.

La concejal Linda Lee, presidenta del comité de salud mental del concejo de la ciudad, señaló en un comunicado: "Tenemos muchas preguntas y necesitamos ver detalles más concretos relacionados con el anuncio del alcalde. Las definiciones vagas y amplias que rodean a la enfermedad mental y la autoridad delegada a profesionales que no son de salud mental para el retiro y la admisión involuntaria plantean serias preocupaciones ".

En cambio, los activistas dicen que se necesita más inversión en otras soluciones.

“Necesitamos servicios sociales, programas de. De muchos programas y que están en las comunidades", agregó Lieberman.

“Un poco de más compasión, paciencia y que provean lo que necesita esa gente", agregó Pérez.

Pero hay algo en lo que todos están de acuerdo: hay una crisis de salud mental que debe abordarse.