Con luces, madera y cerámica, el colombo-americano Javier Sánchez, de 52 años, se ha dedicado a crear una villa navideña en un lugar no tan común cada invierno.

Y es que desde hace más de una década, debajo de un rascacielos, en un estacionamiento del Upper East Side, Sánchez ha sorprendido con su creación a los habitantes del complejo y a todo aquel curioso.

-¿Javier, que es lo que tú quieres que la gente se lleve de esto?

“Lo que quiero trasmitir con mi villa es que la gente recuerde que la Navidad es la época más hermosa para estar en familia, para disfrutar momentos inolvidables y que mantengamos esta celebración que es tan hermosa. Tiene mucha diversidad, muchas personas, aquí, es un lugar feliz para todos, para olvidarnos de nuestros problemas diarios", explicó Sánchez.

Y si se preguntan cuanto tiempo tarda en darle vida a su Frosty Village... en realidad hasta él mismo pierde la cuenta porque algunos rincones demandan más tiempo, además de múltiples contratiempos como heridas y una gran inversión de él y sus compañeros. Pero lo que si sabe es que la sonrisa de sus visitantes lo vale todo.  

“Cuando yo veo a un niño viendo esta villa y le veo la alegría reflejada en su cara, yo veo ahí en ese momento que todo lo que me he demorado, todo el trabajo que tiene, el ir y volver, el a veces incluir que uno se quema el dedo con la goma que uno usa, que realmente vale la pena elaborarla y seguirla haciendo año, tras año", dijo Sánchez. 

Si hablamos de complejidad, esta es una de sus obras más complejas, ya que cuenta con varios “Papá Noel volador”, cuatro trenes en movimiento, pequeñas casas iluminadas, un parque de diversiones, un paisaje montañoso cubierto de nieve que incluye una cascada y un puente donde están él y su esposa.

 
Villa Navideña.

 

“Es lo más grande que he elaborado en esta oportunidad, en este doceavo aniversario. Esta ha sido la villa más compleja que ha realizado en este momento, la cual tiene más detalles, más lugares donde poder encontrarse y que admirar", dijo Sánchez.

 
Sánchez.

 

La exposición es interactiva, ya que permite a los niños tocar ciertos elementos, pero este año cuenta con un gran reto: deben encontrar un 'sasquatch' o pie grande escondido en algún lugar de la exposición y si ganan recibirán una paleta, lo cual hace feliz a Sánchez.  

“Es probable que algún día de mí se olviden, pero de esta hermosa villa jamás se van a olvidar, eso si se garantiza".