“¡Yadi!!!”

La tragedia se transforma en alegría cada mes de diciembre en la época de Navidad, para la familia de la paramédico de origen dominicano Yadira Arroyo, cada vez que de sus manos un niño recibe un juguete.

Leida Acevedo Rosado, su madre, no para de recordarla.

“En cada niño yo la veo a ella. En cada niño.”

La madre de cinco hijos varones perdió la vida en 2017 mientras estaba trabajando, cuando según las autoridades, José González ahora de 31 años, se subió a la ambulancia que manejaba Arroyo para robársela y la atropelló.

¡De la calamidad surgió esta idea!

Rosado cuenta que su hija se quitaba el uniforme, compraba agua y comida para repartir a personas sin hogar en el parque, entre otros actos humildes que ni siquiera ella conocía.

Ante nuestras cámaras lanzó una primicia:

“Yo me siento orgullosa de mi hija. Inclusive voy a escribir un libro”, nos cuenta Leida Acevedo Rosado.

La fundación de paramédicos a favor de los niños donará 35 mil juguetes para la navidad de 2022 con ayuda de la policía. En memoria a Yadira, con este, lo han hecho por tercer año consecutivo. La escuela secundaria Henry Hudson en El Bronx, sirvió de sede.

Jillian Crane, presidente de FRCF dice que “ella estaba entregada a su comunidad. Es un gesto pequeño que la celebra y hay cientos de niños aquí que lo necesitan”, asegura.

Rosalyn Carmona, es una de los muchos niños y niñas que recibieron juguetes Yadira Arroyo.

“Estoy muy feliz porque además mi hermanita chiquita, ella nunca ha ido aquí”, nos dice.

Jesmeily Durán, quien está de visita desde Santo Domingo piensa que esta es una buena iniciativa que hace feliz a muchos niños.

“Y en su memoria hacen esto que es muy hermoso para los niños en gratitud.”

El hermano de Yadira, Joey Rosado, siguió sus pasos. El viernes fue uno de cinco paramédicos que negándose a sí mismo, entró en una casa en llamas para salvar la vida de un niño de un año durante un incendio en El Bronx. Su hermana, siempre está con él, dice.

“Por eso es que yo hago este trabajo. Para todo el mundo. Yo quería ser como ella un día”, sostiene Rosado.

De pequeña Arroyo fue desamparada y sufrió en carne propia no tener juguetes. Pero se sobre puso a la vida y se hizo paramédico. Cada sonrisa de un niño aquí presente sirvió para honrar su memoria.

En septiembre un juez dio luz verde para que el supuesto asesino de Arroyo sea juzgado declarándolo mentalmente apto. Después de cinco años de demoras, la familia quiere justicia.

“Yo espero que él pague lo que hizo porque, él destrozó una familia completa”, sentencia Acevedo Rosado.

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