Al salir del tribunal federal de Central Islip, en Long Island, donde se le instruyó de cargos criminales, el congresista republicano George Santos dijo que defenderá su nombre ya que el caso en su contra es una "cacería de brujas".

"Voy a luchar mi batalla. Cumpliré. Pelearé contra la caza de brujas y me voy a encargar de limpiar mi nombre", fueron las palabras del legislador frente a una multitud de reporteros. 

Santos fue arrestado este miércoles en horas de la mañana y por la tarde se presentó ante la magistrada Arlene R. Lindsay. 

El representante por Queens y un sector del condado de Nassau, recibió 13 cargos en su contra, siete por fraude electrónico, tres por lavado de dinero, un cargo de robo de fondos públicos y dos cargos de hacer declaraciones materialmente falsas a la Cámara de Representantes. 

El Fiscal de la Corte del Distrito Este de Nueva York, Breon Peace, explicó que la acusación busca responsabilizar a Santos por varios supuestos esquemas fraudulentos y malas interpretaciones. 

Los Fiscales lo acusan de crear una compañía para pedir donaciones con el falso pretexto de que los fondos se usarían para su campana, y de usar ese dinero para gastos personales, incluyendo ropa de diseñadores.  

Asimismo, lo inculpan de recibir beneficios de desempleo a través del estado de Nueva York de forma fraudulenta, mientras seguía siendo empleado de una firma de inversión en Florida con un ingreso de 120 mil dólares. 

También lo culpan de mentir sobre sus finanzas en formularios de declaración del Congreso. 

Hablamos con algunos constituyentes del tercer distrito congresal, que representa Santos, y esto nos dijeron:

"Tantas cosas negativas, una tras la otra. ¿Cómo fue que votaron por este hombre? Y él representa a mi área”, dijo Pauline Sapountzaki, residente de Douglaston, Queens.

"Creo que es una muy buena decisión que el Sr. Santos renuncie, por el bien de Douglaston y de toda la comunidad de Long Island”, dijo por su parte la vecina Brenda.

Y Santos dijo que no va a renunciar. Quedó en libertad bajo fianza de 500 mil dólares, entregó sus pasaportes y no puede salir del país. Su juicio continuará el 30 de junio.