Salón de belleza

Nashly Fernández trabajaba en bienes raíces en su natal Honduras pero al mudarse aquí, a Nueva York, se dio cuenta que la industria de la belleza podía ser un sector incluso más lucrativo. 

"Es una de las industrias que mueve la mayor parte de la economía en la comunidad latina ahora mismo", señala Fernández.

Nashly decidió abrir su propio negocio, algo que no fue fácil al principio. El obstáculo más grande fue buscar financiamiento.

"Yo he aprendido aquí que tú puedes hacer lo que tú quieras; pero si no vas con las leyes y no haces los pasos que debes de hacer, puedes ser el mejor pero no vas a llegar a ningún lado", recomienda Fernández. 

Para enterarse sobre estas regulaciones, Nashly consultó con la Cámara de Comercio de Cosmetología de Nueva York.

La organización fue creada hace más de una década por la exmaestra, Charito Cisneros, para darle voz a los trabajadores en este sector, la gran mayoría de ellos latinos.  

Para Nashly lo primero fue encontrar un nombre y preparar un plan de negocios. Luego decidir si iba a formar una corporación o ser una propietaria independiente.  

El segundo paso, conseguir los permisos y la licencia para operar un salón de belleza o barbería. Eso requiere someter una aplicación al Departamento de Licencias del estado.

Es importante señalar que para esto no es necesario tener un número de seguro social, pues no importa el estatus migratorio de la persona. 

Eso sí, es imprescidible contar con un seguro para el local.

De acuerdo con Charito Cisneros: "La  mayor parte de las personas no creen que tienen que tener seguro y a veces se confunden también con la licencia personal y la licencia del negocio". 

Finalmente, a la hora de contratar a tus nuevos empleados, tienes que proveer la información de cada trabajador mediante un número federal de identificación o EIN, por sus siglas en inglés, para que el Servicio de Impuestos Internos esté al tanto de tus actividades y por supuesto para pagar tus impuestos.

Rommy Pennella dice que parte de su trabajo con la Cámara de Cosmetología es educar a estos futuros empresarios pero también quitarles el miedo. Para tal fin realizan talleres mensualmente como este evento organizado recientemente junto con el Consulado de Ecuador.

"Necesitamos personas en nuestra comunidad que también se eduquen. Yo se que es muy difícil salir de un salón cuando tienes clientes llegando porque yo se que ese es el pan de cada día. Pero tiene que darse un dia de esa semana   

para educarse porque eso te trae mas clientes", señala Pennella.

Si tienes más preguntas o dudas sobre cómo encontrar trabajo o lanzar tu propio negocio en la industria de la belleza puedes consultar la página: nycosmetologychamber.org

 

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