El papa Francisco aceptó el lunes la renuncia de tres obispos chilenos, en medio de un escándalo de abusos sexuales y su encubrimiento en la Iglesia católica de Chile.

En la que parece una purga dentro de una institución que ha perdido credibilidad ante la avalancha de acusaciones de abusos y encubrimiento, el pontífice aceptó la dimisión de los obispos Juan Barros, de la diócesis de Osorno; Gonzalo Duarte, de Valparaíso, y Cristian Caro, de Puerto Montt, dijo el Vaticano en un comunicado. De los tres, solo Barros, de 61 años, está por debajo de la edad de jubilación, los 75 años.  

Barros estuvo bajo el foco del creciente escándalo de abusos sexuales en la institución chilena desde que Francisco lo nombró obispo de Osorno en 2015 pese a las objeciones de los fieles locales, de sus propios asesores para la prevención de abusos y de algunos obispos de la nación sudamericana.  

Francisco nombró a obispos interinos para cada una de esas diócesis. 

Quienes se oponían a la designación cuestionaban la idoneidad de Barros para el cargo ya que había sido compañero del sacerdote pedófilo más conocido de la nación sudamericana y fue señalado por las víctimas de ser testigo de lo que ocurría e ignorar los abusos. 

Barros negó las acusaciones pero, como el resto de los otros 30 miembros de la Conferencia Episcopal Chilena, ofreció su renuncia en una cumbre extraordinaria celebrada en el Vaticano el mes pasado. Francisco convocó a los prelados a Roma tras reconocer que cometió "graves errores de juicio" sobre Barros, a quien había defendido firmemente durante su polémica visita a Chile en enero.

Barros emitió un comunicado en el que pidió "con humildad que me disculpen por mis limitaciones y lo que no pude lograr". Se desconoce dónde será destinado y la labor que desarrollará. 

La renuncia de Barros, que ya se esperaba, fue elogiada por sobrevivientes de abusos y por personas católicas en Osorno. Algunos dijeron que se necesita hacer una mayor limpieza para sanar la devastación causada por el escándalo. 

"Empieza un nuevo día en la iglesia Católica de Chile", escribió Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Barros y quien presionó al Vaticano para que actuara. "Se van tres obispos corruptos y seguirán más. Emocionante por tantos q han luchado para ver este día. La banda de obispos delincuentes @episcopado_cl se empieza a desintegrar hoy". 

 Los otros dos obispos cuyas dimisiones fueron aceptadas presentaron su renuncia antes de la cumbre del papa después de alcanzar la edad obligatoria de jubilación de 75 años. Pero las víctimas acusaron a ambos de haber obstaculizado casos en el pasado.