Rosayra Pablo Cruz aterriza en Nueva York y es bienvenida por un grupo de mujeres que no conoce.

La madre guatemalteca fue liberada del Centro de Detención Migratoria en Eloy Arizona hace casi 2 días y llega con su abogado al Centro Cayuga de East Harlem, sin haberse detenido para bañarse o comer algo y preparada para ver a Jordy y el pequeño Fernando.

"Me dijo que cuando lo viniera a ver, a traer, que le trajera su dinosaurio. Estoy esperando para dárselo", dijo una emocionada Rosayra.

Tras varias horas de entrevistarse con los empleados de la institución que por contrato con el gobierno federal da clases y asigna a niños separados de sus padres a casas de crianza en nuestra ciudad, la familia emerge entre sonrisas, aturdidos por las preguntas de los reporteros.

"Gracias Nueva York. Gracias a todos", dijo Rosayra.

El abrazo de grupo incluye al comité de bienvenida en el aeropuerto John F Kennedy y a Julie Schwietert Collazo, la heroina de Rosayra.

"Rossi ha estado en el centro de detención desde abril, entonces su caso en particular es muy muy difícil. Queremos agradecerle a la comunidad de Nueva York por abrazarla y darle la bienvenida a nuestra ciudad", dijo Schwietert, directora de la organización KeepImmigrantFamiliesTogether.com

La neoyorquina y madre de 3 es una trabajadora social, psicoterapeuta, escritora y traductora que trabajaba desde casa y quien con su esposo tomó en sus manos la tarea titánica de organizar un ejército de estadounidenses para rescatar a mujeres como Rosy de los más de 250 centros de detención de ICE en todo el país. Días más tarde se apresuraba entre el tráfico para pagar 2 fianzas más de perfectas desconocidas.

"Yo creo que muchos americanos que tienen una conciencia después de la elección de Trump han sido casi aplastados, no han sabido qué hacer para poder efectuar un cambio y hay mucha desesperación", añadió Schwietert.

Julie nos habla de la pluralidad de los cientos de voluntarios de la organización que bautizó Keep Immigrant Families Together, que donan tiempo, recursos y asistencia en cada día más estados, no comparten en su tarea de reunificar familias.

"Lo que no tienen en común es un partido político. Mi propio padre que es republicano ha donado 2,000 dólares. Ha estado movilizando muchas personas, dólares", agregó Schwietert.

Rosayra las llama "sus ángeles", que aseguran que no perderán tiempo ni cesarán en sus esfuerzos.

"No podemos parar. No vamos a parar", dijo Meghan Finn otra activista del grupo.

Su única recompensa son abrazos como éste y saber que están cambiando el rumbo del país construido por inmigrantes.

"Si no apoya la idea o el concepto de las fronteras abiertas, hay una mejor manera de enfrentar las situaciones de migración, de una manera humana. He viajado mucho por América Latina y sí, he visto las condiciones que impulsan a la gente a venir a Estados Unidos o a salir de su país natal para buscar una seguridad", explicó Schwietert.

La organización creada el 22 de junio ha recaudado más de 200,000 dólares en menos de un mes y en términos de otras formas de ayuda, muchos miles más, invita a las personas que quieran conocer más a visitarlos en el portal KeepImmigrantFamiliesTogether.com