Christine Blasey Ford dijo el jueves ante la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado y un Estados Unidos pegado a los televisores que Brett Kavanaugh la agredió sexualmente en una habitación cerrada durante una fiesta de estudiantes secundarios en la década de 1980. Así comenzó una audiencia histórica y sin precedentes en la que Kavanaugh esperaba salvar su postulación a la Corte Suprema.

"Creí que iba a violarme", dijo la profesora de psicología de 51 años con voz temblorosa al leer su declaración inicial.

Kavanaugh ha rechazado las denuncias de agresión sexual de parte de Ford y otras mujeres. El jurista conservador, cuya confirmación por el Senado se daba como un hecho casi consumado hasta que aparecieron Ford y las otras mujeres, aguardaba su oportunidad para declarar en las próximas horas.

"No estoy aquí hoy porque quiera estarlo. Estoy aterrada", dijo Ford al describir el presunto asalto. "Estoy aquí porque creo que es mi deber ciudadano relatarles lo que ocurrió".

En un choque de las posiciones políticas y culturales enfrentadas en una nación polarizada, el postulado por el presidente Donald Trump y Ford serán los únicos testigos ante la Comisión de Asuntos Judiciales _integrada por 11 republicanos, todos hombres y 10 demócratas_ en una audiencia que podría determinar si se puede salvar su postulación y consagrar una mayoría de derecha en el máximo tribunal del país.

Antes de su declaración, el presidente de la comisión, Chuck Grassley, defendió la manera como los republicanos han manejado las audiencias de confirmación hasta el momento. Ofreció disculpas por el duro trato _que ha incluido amenazas de muerte_ padecido tanto por Ford como por Kavanaugh.

La demócrata de mayor jerarquía de la comisión, Dianne Feinstein, dijo a Ford: "le estoy muy agradecida por su fuerza y valor al presentarse. Sé que es difícil". Criticó a los republicanos que rechazaron el pedido demócrata de demorar la confirmación de Kavanaugh para que el FBI investigue las denuncias.

"Lo que no entiendo es tanta precipitación para emitir juicio", dijo.

Los republicanos han calificado las denuncias de Ford de calumniosas y de formar parte de una conjura demócrata para hundir la postulación de Kavanaugh, pero al surgir denuncias de otras dos mujeres, algunos senadores republicanos han reconocido que mucho dependerá de lo que diga el postulado. El mismo Trump, que postuló a Kavanaugh y lo defiende tenazmente, dijo el miércoles que estaba "dispuesto a cambiar de opinión".

"Quiero mirar, quiero ver", dijo en conferencia de prensa en Nueva York.

Kavanaugh ha rechazado todas las denuncias y que no conocía a la acusadora más reciente, cuyas acusaciones calificó de "ridículas y provenientes de la Dimensión Desconocida".

Es mucho lo que está en juego para los partidos y para el país. Los republicanos quieren confirmar a Kavanaugh antes de las elecciones de noviembre, cuando los demócratas podrían obtener el control del Senado y el nombramiento de otro postulante sería aún más difícil. El ascenso de Kavanaugh a la corte significaría una mayoría derechista para muchos años.

Sin embargo, los republicanos corren el riesgo de ser rechazados por los votantes en noviembre si no muestran pleno respeto por las mujeres y sus denuncias.

Mientras tanto, Deborah Ramírez, quien dice que Kavanaugh se expuso desnudo durante una fiesta de los tiempos en que ambos iban a la Universidad de Yale, apoyó a Ford en un tuit: "Ellos quieren que nos sintamos solas y aisladas, pero yo estoy allí, abrazándote, y espero que sientas a la gente de esta nación abrazándonos a todos nosotros".