El Fiscal General de Estados Unidos, Jeff Sessions ha renunciado a su puesto por pedido del presidente Trump.

Sessions anunció su renuncia en una carta que envió a la Casa Blanca el miércoles.

Trump luego puso un mensaje en twitter en el que anunció el nombre de quien sería el nuevo fiscal general interino -Matt Whitaker.

Sessions ha sido blanco de críticas de Trump por más de un año debido a la acción que tomó en la primavera de 2017 de excluirse de la investigación sobre la interferencia de Rusia en la elección presidencial de 2016 y la posible colusión con la campaña de Trump.

Esta autoexclusión de Session -lo hizo porque él mismo durante la campaña había estado en contacto con funcionarios rusos- era a juicio de Trump la razón por la cual luego se designó a un fiscal especial para que hiciera la investigación. Este fiscal especial es Robert Mueller y su nombramiento fue hecho por el segundo de Sessions una vez que Sessions se había autoexcluido de la investigación.

Sessions sin embargo, aun cuando ha sido blanco de brutales críticas, mofas y toda clase de ataques de parte de Trump, en la práctica ha sido quizá el funcionario que mejor ha implementado las políticas de Trump en temas como inmigración, la aplicación de la ley, el trato a las policías y otros temas de justicia.

Sessions es en cierto sentido, más purista o más realmente conservador que Trump. Las políticas de línea dura en inmigración para el caso, ya eran pan de cada día de Sessions cuando su tiempo como senador y cuando el ciudadano Trump ni siquiera hablaba del tema.

Una de las consecuencias de la salida de Sessions es que la dirección o responsabilidad de la investigación sobre la influencia de Rusia en la elección caerá ahora en el nuevo fiscal general. La pregunta es si alguien nominado por Trump respetará la independencia que hasta ahora ha tenido el fiscal especial Mueller.