Con gas lacrimógeno son recibidos por las autoridades estadounidenses cientos de miembros de la caravana de inmigrantes, incluidos niños, que este domingo intentaron cruzar por la fuerza la frontera entre Tijuana y California.

Ana Zúñiga, una migrante hondureña de 23 años, dijo que vio a los migrantes abrir un pequeño agujero en el alambre de púas del lado mexicano de un dique, ante lo cual los agentes arrojaron el gas, de acuerdo a declaraciones recopiladas por la Prensa Asociada.

Los migrantes portaban banderas estadounidenses y hondureñas pintadas a mano. La mayoría eran varones, aunque algunas mujeres empujaban a niños pequeños en cochecitos para bebé. 

Helicópteros de la Patrulla Fronteriza estadounidense sobrevolaban la zona, mientras que agentes de Estados Unidos vigilaban detrás de la cerca en California. Los cruces peatonales en el puerto de San Ysidro fueron suspendidos, según indicó la oficina de la Patrulla Fronteriza en San Diego vía Twitter. Todo el tránsito en ambos sentidos dejó de fluir.

Horas antes el domingo, algunos migrantes centroamericanos superaron una línea de policías mexicanos apostados cerca del cruce internacional. Aparentemente pasaron fácilmente sin recurrir a la violencia.

Miles de integrantes de la caravana llevan varios días en la ciudad mexicana de Tijuana, esperando a que oficiales estadounidenses revisen sus peticiones de asilo.