Un hombre de 26 años al que le fue hecho un transplante de rostro se mostró en público el jueves en Manhattan.

Cameron Underwood, de Yuba City en California, sufrió una herida de bala que se dio el mismo en 2016 la cual resulto en serios daños a su rostro. Parte de su quijada fue destruida, daños en su nariz y la pérdida de casi todos los dientes.

Primero se le hizo una cirugía convencional que no dio muchos resultados.

Más tarde, su madre se enteró por medio de un artículo en una revista sobre el doctor Eduardo Rodríguez, un professor de cirugía plástica y jefe del departamento de cirugía plastica de la Universidad de New York Langone Health.

“Sabíamos que él era la única persona a quien podíamos confiarle la vida de Cameron”, dijo la madre en un comunicado de prensa del hospital. “Estabamos dispuestos a viajar la larga distancia”.

El primer transplante de cara fue hecho en Francia en 2005 y desde esa fecha se han hecho más de 40 en diferentes partes del mundo.

En el caso de Underwood, el doctor Rodríguez encabezó un equipo médico de más de 100 profesionales. Rodríguez nació y se crió en la Florida, hijo de padres cubanos.

La cirugía duró alrededor de 25 horas.

Algo que ayudó a Underwood es que no pasó mucho tiempo con el daño por la cual no sufrió de muchos problemas de depresión, consumo de drogas y otras situaciones que complican el proceso mental del paciente, segón informó el doctor Rodríguez.

Igualmente, Underwood fue afortunado que encontro un donate relativamente rápido.

El donante fue William Fisher, de 23 años, residente de New York quien murió en enero y quien se había registrado desde niño como un donante de órganos. Fisher donó su corazón, riñones, hígado y ojos a otros beneficiarios.

La operación a Underwood fue hace unos meses en los cuales ha estado en proceso de recuperación y con drogas para ayudarle a que su cuerpo no rechaze el transplante. Underwood debera tomar estas drogas por el resto de su vida y ha recibido además terapia para hablar.

“Espero que mi experiencia inspire a otros que han tenido severas heridas en su rostro”, dijo Underwood. “El recorrido no ha sido fácil, pero ha valido la pena”.