Quedan poco menos de cuatro meses para el cierre de la línea L del metro y algunos residentes de Manhattan ya están expresando su enojo por el proyecto.
Creen que las obras, que ya han comenzado a lo largo de la calle 14, están causando problemas de salud. No solamente por el polvo, sino por el ruido.
Los trabajos que se llevan a cabo son en preparación para los 15 meses de reparaciones en el túnel del East River, debido a daños ocasionados durante el huracán Sandy.
En una manifestación este martes, residentes y representantes electos acusaron a la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA, por sus siglas en inglés) de no hacer lo suficiente para resolver estos asuntos.
Los manifestantes quieren que se revoque el permiso de trabajo de 24 horas y 7 días a la semana de la MTA.
Pero la MTA dice que sus empleados limitarán sus labores a los túneles subterráneos durante las horas de la noche.
El gobernador Cuomo planea visitar el tunel Canarsie este jueves, para asegurarse de que los planes de la MTA vayan en marcha.
El servicio de la línea del L se suspenderá entre la avenida Bedford en Brooklyn y la calle 14 en Manhattan a partir del 27 de abril.