José Sánchez vende empanadas dominicanas en el Lower East Side y quiere que ya le hagan una inspección a su carrito porque está seguro que le van a dar una 'A'.

"Y fuera bueno que le pongan la calificación a cada carrito para que sepan, el cliente, esté más seguro de lo que está comprando", comenta Sánchez.

Oxiris Barbot, comisionada del Departamento de Salud anunció el nuevo programa de calificación para vendedores ambulantes.

Frente a uno de los primeros puestos que ha recibido una 'A' en la calle Delancey de Manhattan dijo que los clientes podrán ver que carritos cumplen con los requisitos de higiene.

"Tener ese sistema para ese grupo le da la credibilidad en el mismo nivel como los restaurantes. Los carritos y camiones de comida serán inspeccionados y evaluados bajo los mismos estándares que los restaurantes", explica Barbot.

Los puestos recibirán una nota  'A', 'B' o 'C', siendo 'A' la más alta.

Como no hay previo aviso para las inspecciones cada puesto tendrá un GPS para rastrear su ubicación. Esto preocupa a algunos activistas.

Matt Shapiro, director legal de la organización Street Vendor Project, comentó al respecto: "Claramente, hoy tenemos un clima muy hostil del gobierno federal hacia el inmigrante y existe un riesgo cada vez que los movimientos de un inmigrante son rastreados y se le ubica".

La gran mayoría de vendedores ambulantes son inmigrantes. Y el gobierno de la ciudad ha dicho que la información de los vendedores está protegida y no habrá un registro permanente.

"Se prende la tecnología el día que se viene el tiempo para la inspección, después de ese tiempo de 24 horas se borra la información", ahondó Barbot. 

Y los clientes están contentos con el nuevo sistema: "Si ahora el gobierno quiere controlar eso y hacerle los mismos exámenes que a un restaurante normal eso nos va a ayudar a la comunidad".

El Departamento de Salud afirma que les tomará cerca de dos años inspeccionar y dar una calificación a los 5,5000 carros de comida que se encuentran en las calles de Nueva York.