La familia de un hombre desarmado que fue herido de bala por la policía el pasado martes condena la forma en la que los agentes del NYPD manejaron el incidente.

Los padres de Michael Cordero dicen sentirse afortunados de que su hijo no fuera asesinado durante el intercambio con los oficiales el martes. 

Agentes uniformados le dispararon a Cordero dentro de un edificio localizado en la calle 114 oeste, en Harlem.

De acuerdo a las autoridades, los oficales respondían a un llamado al 911 de un hombre armado.

Pero los padres aseguran que le dijeron al operador sobre el historial de enfermedades mentales de Cordero y que estaba sufriendo un episodio. 

"El hijo mío Miguel sufre de mental, y llamaron a la policía por una asistencia de parte de él. La policía llegó a casa y lo que hicieron fue le metieron un tiro al hijo mío.  Por poco me lo matan", dijo Salvador Cordero, el padre de Cordero.     

Según el NYPD, un video de vigilancia muestra a Cordero rehusándose a sacar las manos de sus bolsillos, y posteriormente sacándo un objeto con el que prentendió dispararle a los policías, que resultó ser una billetera.

Cordero le habría dicho a los oficiales que tenía un arma.

Cordero recibió un disparo en la cadera y ahora enfrenta múltiples cargos, que incluyen conducta amenazante.