Fausto Jiménez es uno de los más de 11 millones de indocumentados en el país y uno de muchos que reza al subirse a la camioneta que usa para ganarse la vida. 

"Siento nervios y al mismo tiempo temor de que manejando mi vehículo sin licencia me vaya a parar la policía en un momento determinado y pueda ponerme yo en un problema de deportación, quedando mi familia desprotegida", explicó Fausto.

El carpintero ecuatoriano y otros 150,000 neoyorquinos esperan que la iniciativa de otorgar licencias de conducir a nivel estatal para todos los residentes -independientemente de su calidad migratoria– se convierta en una realidad.

"Los republicanos están opuestos y el gobernador tiene la oportunidad de demostrar que esta es una prioridad para él y esperamos que en las próximas dos semanas, él cumpla esa promesa", dijo Ana Maria Archila, codirectora ejecutiva de Centro para la Democracia Popular.

Activistas del Centro para la Democracia Popular y el National Immigration Law Center comisionaron un estudio con datos del Fiscal Policy Institute que revela una oportunidad económica siginifcativa para el estado.

En concreto, 26 millones de dólares en pago por licencias y registros de vehiculos si entra en efecto la ley y 57 millones más cada año. Buena parte provendría de los residentes de los cinco condados para quienes el transporte público es insuficiente.

"En todas partes del estado de Nueva York, donde no tienen acceso rápido a transportación pública, la gente se está arriesgando a manejar porque tiene que llevar a sus hijos a la escuela, tiene que ir al trabajo, no puedo faltar al trabajo y a veces pierde un bus y el próximo bus no viene sino hasta en una hora", explicó Yatziri Tovar, organizadora comunitaria con Make the Road New York. 

Mientras nada cambie, Fausto continuará al volante en las sombras para sacar adelante a su esposa y dos hijos.

"Seguir luchando y buscar otra manera de sobrevivir para ya dejar de conducir y seguir adelante porque mi familia es lo primero", agregó Fausto.

Un beneficio adicional de otorgarles licencias de conducir a los indocumentados es la baja en general que causaría para los precios de los seguros de autos para todos los de neoyorquinos.