Bernie Sanders obtuvo una rotunda victoria en las asambleas partidarias (‘caucuses’) de Nevada el sábado, consolidando su posición como el líder nacional de los demócratas en medio de la escalada de tensiones sobre si es demasiado liberal para derrotar al presidente Donald Trump.

Mientras Sanders se anotó una sólida victoria, el resto de candidatos lucharon por un distante segundo lugar -y cualquier impulso que pueda venir con él se dirigió a la próxima contienda en Carolina del Sur y luego al Súper Martes el 3 de marzo-. Joe Biden, Pete Buttigieg y Elizabeth Warren iban muy por detrás de Sanders.

El senador de Vermont, de 78 años de edad, logró reunir a su base ferozmente leal y obtener el apoyo de la gran comunidad latina de Nevada cuando la contienda demócrata se trasladó por primera vez a un estado con una importante población minoritaria.

En una muestra de confianza, Sanders dejó Nevada el sábado y fue a Texas, que ofrece uno de los mayores trofeos de delegados en sólo 10 días el Súper Martes.

"Estamos reuniendo a nuestra gente", declaró Sanders en un discurso de victoria en Texas. "En Nevada acabamos de reunir una coalición multigeneracional y multirracial que no sólo va a ganar en Nevada, sino que va a barrer este país".

La victoria del sábado se basó en otro triunfo de Sanders a principios de mes en las primarias de New Hampshire. Esencialmente empató en el primer lugar de las asambleas electorales de Iowa con Buttigieg, el ex alcalde de South Bend, Indiana, quien ha buscado posicionarse como un contrincante ideológico de la política abiertamente progresista de Sanders.

La victoria, aunque alentadora para los partidarios de Sanders, no hizo sino aumentar la preocupación de los líderes demócratas –el llamado ‘establisment’ del partido- que temen que el autodenominado socialista democrático sea demasiado extremo para derrotar a Trump.

Durante décadas Sanders ha estado pidiendo políticas transformadoras para abordar las desigualdades en la política y la economíade Estados Unidos, ninguna más grande que su plan de atención médica "Medicare para todos", que reemplazaría el sistema de seguro privado por un sistema universal administrado por el gobierno.

Trump por su lado, se regodeó en los medios de comunicación social, continuando con su campaña de semanas para sembrar la discordia entre Sanders y sus rivales demócratas.

"Parece que al Loco Bernie le va bien en el Gran Estado de Nevada. Biden y el resto parecen débiles", escribió Trump en twitter. "Felicitaciones Bernie, y no dejes que te lo quiten!"

Buttigieg también felicitó a Sanders, pero luego lanzó un agresivo ataque verbal contra el senador por ser demasiado divisorio.

"Antes de apresurarnos a nominar al senador Sanders en nuestra única oportunidad de enfrentar a este presidente, echemos un vistazo sobrio a lo que está en juego para nuestro partido, para nuestros valores y para aquellos con tanto que perder", dijo. "El senador Sanders cree en una revolución ideológica inflexible que deja fuera a la mayoría de los demócratas, sin mencionar a la mayoría de los americanos."

Biden también apuntó al senador de Vermont, ya que afirmó que un éxito -aunque no una victoria- en Nevada desencadenaría su regreso a un mejor lugar en la primaria.

Sin dar nombres, Biden le dio un golpe a Sanders y al multimillonario Michael Bloomberg, quien no estaba en la boleta de Nevada pero que ha surgido como una amenaza para Biden en las competencias que comienzan el próximo mes.

"No soy un socialista. No soy un plutócrata. Soy un demócrata", declaró Biden.

También en la lucha: Warren, que necesitaba desesperadamente una chispa para revivir su oferta estancada; el multimillonario Tom Steyer, que gastó más de 12 millones de dólares en la televisión de Nevada y la senadora de Minnesota Amy Klobuchar, que esperaba demostrar que su fuerte final en New Hampshire no fue una casualidad.

Klobuchar, que hizo campaña en su estado natal de Minnesota el sábado por la noche, afirmó que el éxito de Nevada no importaba su mala actuación. "Como siempre, creo que hemos superado las expectativas".

El multimillonario neoyorquino Mike Bloomberg, que dominó la conversación política esta semana después de un pobre debut en el escenario del debate, no estaba en la boleta electoral. Está apostando todo a una serie de estados ricos en delegados que empezarán a votar el mes que viene.