“Nunca dudando del amor de Dios. Nunca dudando que el señor siempre aparece y siempre provee”.
Estas fueron las palabras del padre Jorge en la última misa que celebró hace poco más de una semana.
En las imágenes se le ve lleno de ánimo y hasta haciendo bromas tratando de alegrar a los feligreses en estos momentos difíciles para muchos. Ese mismo día, el padre originario de la Ciudad de México, recibió la noticia de que había estado en contacto con una persona que tenía el coronavirus.
“Entonces él enseguida tomó las medidas propias. Se fue a su cuarto y se encerró”, dijo Joseph Dutan.
Dos días después, el padre Jorge tuvo que ser hospitalizado porque ya no podía respirar. El querido y popular sacerdote falleció en el hospital por complicaciones con el virus el viernes 27 de marzo, según contó Dutan, vicario de la iglesia Santa Brígida.
“Eso es una tristeza no le niego, pero al mismo tiempo tengo una certeza de que él estuvo listo, no tenía miedo”, agregó Dutan.
Tras su muerte, un lluvia de mensajes de pésame llenaron la casilla de su última misa a través de Facebook Live.
Algunos se preguntan cómo es que todo pasó tan rápido. Otros, con mensajes de agradecimiento por sus años de apoyo a la comunidad ya que muchos lo consideraban un miembro de su familia.
“Era una figura líder. Un pastor completamente para la comunidad. Era tan admirable que cuando él salía todo el mundo lo saludaba”, dijo Dutan.
Figuras políticas como la congresista Nydia Velázquez, preciaron la labor del padre Jorge, en particular con los inmigrantes.
"Fue una fuente de inspiración", dijo la congresista de New York sobre el sacerdote, "aliviando a los que lo necesitaban, y al mismo tiempo ayudando avanzar los derechos y oportunidades para nuestras comunidades inmigrantes".
El padre Jorge Ortiz-Garay tenía 49 años y sufría de enfermedades pulmonares. Este viernes se convirtió en el primer sacerdote de la Iglesia Católica en Estados Unidos que fallece a causa del COVID-19. Estas fueron sus últimas palabras:
“Yo no tengo miedo, sé que el señor está conmigo”.
El padre Jorge tenía diez años en la Diócesis de Brooklyn. La iglesia indicó que más adelante se celebrará una misa en su memoria.
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